Lunes 2 de septiembre de 2019, p. a12
Contrario a lo que pudiera pensarse, un lobo hambriento y una oveja sostienen un fuerte vínculo amistoso y emprenden un viaje lleno de peripecias fuera del entorno de la granja.
Se trata de una pieza teatral que lleva por nombre Lobo y Oveja. Está dirigida al público menudo que en buen número acude los fines de semana al teatro Galeón Abraham Oceransky, en el Centro Cultural del Bosque, atrás del Auditorio Nacional.
La obra, de la autoría de Andrés Carreño, becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, forma parte del movimiento Infancia libre de estereotipos, de la Secretaría de Cultura, que fomenta la creación 0de universos simbólicos y discursivos respetuosos de la inteligencia y sensibilidad de la infancia que contribuyen a la creación de identidades individuales y colectivas libres de discriminación, como se lee en un cartel sobre uno de los muros del conjunto.
Guillermina Campuzano es la ingenua oveja, mientras César Ríos es el lobo; José Ponce y Rolando Monreal se alternan en el papel del otro multipersonaje de la obra: un árbol o una ardilla.
La trama tiene a un lobo muerto de hambre que se aventura en busca de su cena y se topa con una ovejita deseosa de conocer el mundo.
La obra se escenifica sábados y domingos a las 13 horas y su duración es de poco más de 60 minutos. La temporada cerrará el 13 de octubre. El 15 de septiembre no habrá función.