Jueves 5 de septiembre de 2019, p. 15
Washington. Los niños migrantes separados de sus padres en la frontera de México con Estados Unidos el año pasado mostraban síntomas crecientes de estrés postraumático, los que se agravaron durante el proceso frenético de reunificación familiar, según informe de un organismo supervisor interno del gobierno estadunidense.
Ap obtuvo el miércoles una copia del informe antes de que fuera difundido oficialmente.
Los menores, muchos de los cuales ya enfrentaban situaciones difíciles en sus países de origen o las padecieron durante su viaje al norte, exhibían más síntomas de miedo, sensación de abandono y estrés postraumático que aquellos que no fueron separados de sus padres, de acuerdo con el documento del inspector general del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Algunos lloraban inconsolablemente. Otros creían que sus padres los habían abandonado y estaban enojados y confundidos. Otros sentían miedo o culpa y se preocupaban por el bienestar de sus padres
, señala el texto.
Ese es el primer documento oficial sustancial de una dependencia del gobierno sobre el impacto que ha tenido en la salud mental de los menores la política de tolerancia cero
de Trump, que dio lugar a la separación de familias. Se basa en entrevistas a un centenar de médicos especializados en salud mental que atendieron a los menores, pero no aborda directamente la calidad de la atención recibida por los niños.
Las separaciones fueron ampliamente criticadas y activistas dijeron que los infantes seguramente quedaron traumatizados. Un segundo informe del organismo supervisor, difundido también el miércoles, indica que miles de empleados del gobierno tuvieron acceso directo a los menores migrantes antes de completar la revisión de antecedentes y de que se les tomaran las huellas digitales, lo que es un requisito.
De acuerdo con el inspector general, un niño de siete u ocho años fue separado de su padre y no sabía por qué; creía que había muerto y que él correría la misma suerte. Requirió ayuda siquiátrica de emergencia para atender sus trastornos mentales
.
Algunos de los menores separados de sus progenitores mostraron síntomas físicos derivados de sus traumas mentales, según los médicos. “Muchos decían que les dolía el pecho, aunque todo estaba bien en el plano médico. Describían síntomas típicos de un sufrimiento emocional, como ‘me duele cada latido’, ‘no siento mi corazón’”, dijo un médico a los investigadores.
El informe abarca un periodo del año pasado en el que las instalaciones para albergar migrantes estaban desbordadas como resultado de la política de tolerancia cero
, bajo la cual al menos 2 mil 500 niños fueron separados de sus padres. Permanecieron en la frontera bajo custodia mientras ellos eran llevados a tribunales federales para iniciarles procesos penales. Los menores que pasaban más de 72 horas bajo custodia eran transferidos al Departamento de Salud y Servicios Humanos, que los ubicaba en albergues usados tradicionalmente para alojar a quienes cruzaron la frontera solos.