En la regulación de los productos con cannabis en México hubo errores por permitir la libre venta de dulces y otros productos sin verificar su calidad. Pero lo que viene puede ser peor, una pérdida para el país si se permite que empresas del extranjero produzcan aquí la planta, paguen algo de impuestos y se lleven todas las ganancias como ya ocurre en Colombia, advirtió Jorge Manzanares, decano de la Universidad Miguel Hernández de España.

El especialista consideró acertado cancelar los lineamientos de octubre de 2018, con base en los cuales el gobierno anterior aprobó la solicitudes para la comercialización de 38 productos con cannabidiol que incluían dulces, cosméticos, bebidas y suplementos alimenticios, sobre cuya calidad y seguridad no había certeza.

Manzanares, con experiencia de más de 25 años en la investigación de las sustancias derivadas de la mariguana, participó ayer en el Primer Simposio Internacional de Medicina Cannabinoide y señaló la importancia de evitar confusiones y, entre otros, al usar el término cannabis medicinal en lugar de hacer referencia a cannabinoides con propiedades terapéuticas. 

En ocasiones dichas propiedades son positivas e incluso mejores respecto de las medicinas tradicionales para algunas enfermedades; pero en otros casos puede provocar efectos indeseados. Es el caso de personas con cáncer. El uso de cannabidiol reduce las náuseas y el vómito provocado por la quimioterapia, pero también estimula el apetito y el antojo por alimentos dulces, por lo que hay riesgo de desarrollar obesidad y diabetes.

Sobre el uso lúdico de la mariguana, el experto refirió los resultados de una investigación en Canadá, donde es legal el consumo de la planta. Durante 15 años se dio seguimiento a 660 mil mujeres y se encontró que cuando las consumidoras de la yerba se embarazaron, las alteraciones en los bebés fueron el doble respecto a quienes no la usaban. También se han observado problemas de infertilidad, señaló. 

Entre las causas de este fenómeno se encuentra que, cuando se permitió su uso, se perdió la percepción del riesgo de los daños a la salud. 

Puntualizó que el grado de afectación depende del nivel y tiempo de consumo, así como de la predisposición genética de cada individuo. 

Antes, en la inauguración del simposio, la senadora Jesusa Rodríguez planteó la necesidad de informar a la sociedad y, a la vez, avanzar en la eliminación de la violencia en el país. Este objetivo es el que anima al gobierno para regular el uso de la cannabis con fines terapéuticos y recreativos.

Debe haber análisis médico y científico, y cumplir con el derecho a la información y al placer; que no se le tenga miedo a las palabras y menos a las plantas, dijo.