Sábado 14 de septiembre de 2019, p. 3
Puebla, Pue., A unos días de haber cumplido 82 años de edad, ayer falleció el novelista, traductor y estudioso de la lengua y la literatura Raúl Dorra Zech (San Pedro de Jujuy, Argentina), dueño de un espíritu crítico y humanista, quien deja como legado una extensa colección de ensayos, textos, artículos y libros sobre el habla, la literatura y la semiótica, en la cual manifestó una inteligencia lingüística capaz de observar, analizar y cuestionar la lengua.
El coordinador del Programa de Semiótica y Estudios de la Significación en la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), uno de los más importantes en el mundo, y de la revista Tópicos del Seminario, perteneció a la generación del exilio argentino en México al lado del poeta Juan Gelman, el crítico literario Noé Jitrik, el siquiatra Marcelo Pasternac, introductor de la escuela de Lacan en el país; el filósofo Óscar del Barco,el historiador Guillermo Beato y el periodista Gregorio Selser.
En la UAP fue académico en el doctorado en literatura hispanoamericana y en el Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de la Facultad de Filosofía y Letras, así como en el Centro de Ciencias del Lenguaje, del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego.
Afincado en México desde 1976, Dorra fue un escritor reconocido a escala internacional, autor de ocho libros de estudio y siete de ficciones literarias, el último titulado Lecturas del calígrafo. También destacó su labor de traductor.
Medalla Clavijero de la UAP
Raúl Dorra Zech fue merecedor en 2018 de la medalla Francisco Javier Clavijero, máximo galardón que la UAP otorga a sus académicos. En su discurso de aceptación, Dorra Zech llamó a repensar la vida académica de las universidades para que, más allá de tener a los estudiantes como su centro de acción, abran su quehacer hacia la comunidad.
‘‘Soy una persona de gustos antiguos”, dijo Dorra entrevistado en la UAP, y aseguró que la primera música para él es la palabra, y que prefería escuchar cómo hablaban y entonaban las personas, a la par de que consideraba que las conversaciones eran la mejor parte del día.
Al hablar sobre sus aportaciones, señalaba:
‘‘La semiótica considera al sentido como su propiedad intrínseca y fundante. El sentido va tomando forma en un proceso de articulaciones y se expresa como lenguaje. Puede hablarse de una jerarquía de lenguajes, en la que el verbal sería el primario y los otros derivados. Son las palabras las que en última instancia dan razón de los otros lenguajes y los sostienen. El verbal ofrece las matrices para la formación de otros lenguajes. Si algún aporte pude, o puedo hacer yo al conocimiento está vinculado al estudio del lenguaje verbal”.