Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó ayer con liberar a prisioneros del grupo Estado Islámico (EI) en fronteras europeas si Francia, Alemania y otros países no reclaman y recuperan a sus ciudadanos capturados por ser miembros de la red extremista.

En tanto, el mandatario fue acusado de encargar al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, investigar al hijo del precandidato demócrata a la presidencia, el ex vicepresidente, Joe Biden, según informaciones del diario The Wa-shington Post.

Yo vencí al califato, señaló Trump a periodistas en la Oficina Oval durante una reunión con el primer ministro de Australia, Scott Morrison. Y ahora tenemos miles de prisioneros de guerra, combatientes del EI, agregó.

“Estamos pidiendo a los países de donde vinieron, de Europa, que tomen a estos prisioneros de guerra.

Hasta el momento, se han negado, indicó el jefe de la Casa Blanca, y acusó de esto especialmente a Alemania y Francia.

“En algún punto, voy a tener que decir: ‘lo siento, pero o te los llevas de vuelta o los liberaremos en tu frontera’”, agregó.

Estados Unidos no va a tener miles y miles de personas que hemos capturado, estacionadas en la Bahía de Guantánamo, cautivos en la Bahía de Guantánamo por los próximos 50 años, ni vamos a gastar miles de millones de dólares, insistió.

El mandatario lanzó una amenaza similar hace un mes cuando se quejó de la reticencia de los países europeos para recuperar a sus nacionales capturados por presuntamente pertenecer al EI.

En tanto, Biden exigió ayer a Trump divulgar la transcripción de una llamada en la que el mandatario habría presionado a su par de Ucrania para sacar rédito político, y calificó a ese acto como corrupción.

Demandó a las autoridades de seguridad nacional dejar de obstruir y revelar al Congreso la denuncia secreta sobre esa llamada presentada por un agente de inteligencia.

Trump conversó por teléfono con el nuevo presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, el 25 de julio. Según medios estadunidenses, en esa llamada el jefe de la Casa Blanca intentó coaccionarlo para que inicie una investigación sobre el hijo de Biden con la intención de obtener información que pueda dañar la campaña del demócrata hacia las elecciones presidenciales de 2020.

Una corrupción tan clara daña y disminuye a las instituciones gubernamentales al convertirlas en las herramientas personales de una venganza política, dijo Biden en un comunicado.