Se exhibieron representaciones del paisaje mexicano, desde una visión panorámica, orográfica y telúrica
Lunes 30 de septiembre de 2019, p. a11
Ayer concluyó la exposición Atl, fuego, tierra y viento: sublime sensación, en el Museo Nacional de Arte (Munal). Del 12 de abril, cuando se inauguró la muestra, hasta este domingo, la visitaron 78 mil 830 personas, según cifras del recinto.
La integraron óleos, litografías, fotografías, impresos y, especialmente, una selección de 60 dibujos que el pintor Gerardo Murillo (1875-1964), conocido como Dr. Atl, realizó sobre las erupciones del volcán Paricutín.
La exposición tuvo como finalidad dar cuenta de las diversas representaciones del paisaje mexicano desde una perspectiva panorámica, orográfica y telúrica.
Volcanes dormidos, majestuosas erupciones, extraordinarias vistas aéreas con horizontes curvilíneos y paisajes de la meseta central del país, fueron tema de los dibujos, pinturas y fotografías que se exhibieron.
Para complementar la selección de dibujos y pinturas en la que se aprecia la transformación pictórica del paisaje del siglo XIX al XX, se integraron también trabajos de Eugenio Landesio, José María Velasco, Cleofas Almanza, Carlos Rivera, Joaquín Clausell, Francisco Goitia, Luis Nishizawa, Pedro Flores, Mario Almela y Jorge Obregón.
Violencia telúrica: sublime sensación, Cómo nace y crece un volcán: acotaciones científicas, Aereopaisaje, y Pausa y quietud: la naturaleza del panorama, fueron los títulos de los apartados.
Paricutín, protagonista
La observación y erupción del volcán Paricutín fue un proyecto de muchos años y una experiencia tanto lúdica como artística y científica para el Dr. Atl, quien la plasmó en sus dibujos y pinturas, explicó el joven Karim García, guía de uno de los recorridos por la exposición.
Algunos de sus primeros dibujos al carbón realizados in situ y pinturas al óleo hechos en su estudio expuestos son muestra de ello.
También se exhiben algunos dibujos aéreos del paisaje realizados por el Dr. Atl, quien, luego de que le fuera amputada la pierna izquierda, solicitó apoyo a las autoridades para emplear avionetas o helicópteros. Con el aereopaisaje y la perspectiva curvilínea
, Murillo rompió con la concepción de lo que antes era paisaje en el siglo XX.
En el último de los módulos, junto con algunas pinturas de Murillo, se exhibieron obras de los otros artistas, que dan cuenta de la transformación estética con la que apreciaron el paisaje del país, que conectaron con cuestiones nacionalistas, y en las que los volcanes, el nopal, el ferrocarril y el pueblo indígena son símbolo y protagonistas.
Los dibujos del Dr. Atl provienen del fondo que el propio Murillo donó al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) y al pueblo de México en 1950, con motivo de la exposición titulada Cómo nace y crece un volcán: el Paricutín, en el Palacio de Bellas Artes, fondo que fue adjudicado al Museo Nacional del Arte.