Con Marian Anderson y Leontyne Price encarnó historias de racismo y lucha social desde grandes escenarios del planeta // En una entrevista con La Jornada definió: ‘‘los derechos, deseos, ideas y asuntos de las mujeres no han tenido el papel que deben tener en los planos sociales y de gobierno’’
Martes 1º de octubre de 2019, p. 4
La soprano estadunidense Jessye Norman falleció a los 74 años en el hospital Mount Sinai en Nueva York, anunció Gwendolyn Quinn, portavoz de la familia. Explicó que el deceso se produjo por ‘‘un shock séptico y falla multiorgánica secundaria a complicaciones de una lesión de la médula espinal que había sufrido en 2015”, reportó el diario The New York Times.
Con Leontyne Price y Marian Anderson conformó la tríada de cantantes negras que dominaron el mundo operístico. Ellas tres nacieron y conocieron el racismo, la desigualdad. Todas brillaron como reinas en el escenario y fuera de él.
En una entrevista con La Jornada, el 13 de abril de 2004, Jessye Norman dijo: ‘‘Las mujeres somos la mitad de la población en el mundo y no tenemos ni la mitad de las decisiones en nuestras manos. Tenemos, eso sí, la responsabilidad completa en el cuidado, la educación y la formación de los niños. La mayor parte de las veces ese trabajo lo realizamos solas, sin la participación mínima de los hombres.
‘‘Es demasiado el tiempo transcurrido en la historia de la humanidad en que los derechos, las ideas y los asuntos de las mujeres no han tenido el lugar que deben tener en las discusiones en los planos sociales y de los gobiernos.”
Instaba a ‘‘hacer hablar a los compositores mediante su música”, privilegio que asumía.
Actuaciones en Bellas Artes
Se presentó en Bellas Artes en numerosas veces, todas con clamor y lágrimas de emoción en los asistentes. Un spiritual en su pecho y luego un coro espontáneo, dirigido por Jessye Norman desde el proscenio: todo el público entonando la melodía virtuosa de otro spiritual.
Dijo a La Jornada en su camerino: ‘‘Si es que tengo una misión, consiste en permitirme el privilegio de hacer hablar a los grandes compositores mediante su música puesta en vida con lo que me ha dado y lo que he aprendido. Eso suena un poco beato, piadoso o santurrón (pious es la palabra que utiliza la señora Norman para responder), pero sí, en efecto siento que tengo una misión. Así es. No sólo creo que la música tiene la capacidad de curar, estoy segura de que cura. Todos los días ocurre. A diario sanan las personas en cualquier lugar del mundo con la música. No soy la única que desde siempre ha estado cierta de la verdad de un dicho popular: la música calma el pecho más salvaje. Para muchos, la música es magia divina’’.
Más adelante se le preguntó:
–Con Toni Morrison, Maya Angelou, Clarissa Pinkola, Judith Weir y otras escritoras y creadoras, usted ha desempeñado una clara colaboración en los logros de las mujeres en los años recientes. ¿Cómo observa hoy el panorama en cuanto a los derechos femeninos?
–Ya es demasiado largo el tiempo transcurrido en la historia de la humanidad en que los derechos, los deseos, las ideas y los asuntos de las mujeres no han tenido el papel que deben tener en las discusiones en los planos sociales y de losgobiernos.
‘‘Recordemos solamente que hace poco más de un siglo las escritoras necesitaban usar nombres masculinos para poder publicar sus obras. Recordemos también solamente el caso del voto de las mujeres: en Estados Unidos notiene ni cien años de edad esaconquista.
‘‘Las mujeres constituimos la mitad de la población del mundo –prosigue la señora Norman– pero no tenemos la mitad de las decisiones en nuestras manos. No influimos ni siquiera 50 por ciento todavía en las decisiones de orden político o de gobierno.
‘‘En cambio, tenemos la responsabilidad completa, al cien por ciento, del cuidado, la educación y la formación de los niños. La mayor parte de las veces ese trabajo lo realizamos solas, sin la participación mínima de los hombres. ¡Solas haciendo el trabajo más importante del mundo!”
Jessye Norman nació en Augusta, Georgia, el 15 de septiembre de 1945. Desde niña cantó gospel en la iglesia del pueblo. Ubicó siempre a Marian Anderson y Leontyne Price como ‘‘figuras inspiradoras”.
Spirituals, blues, canto
La militancia feminista, las actividades sociales que desempeñó Jessye Norman siempre se vieron y escucharon reflejadas en sus recitales, como en el que ofreció en el Palacio de Bellas Artes la noche del sábado 26 de marzo de 2011: canto social, spirituals, blues, canto scat, el arte improvisatorio, homenajes a Ella Fitzgerald y a Nina Simone, conformaron el programa.
Acompañada por el pianista Mark Markham, puso en vida obras de Leonard Bernstein, Rodgersy Hammerstein, George Ger-shwin, Duke Ellington y piezastradicionales.
Somewhere, de West Side Story, de Bernstein; You’l never walk alone, de Rodgers y Hammerstein,y otra vez Gershwin: I got rhythm y The man I love.
Desfilaron enseguida himnos representativos de luchas sociales,como el indignado réquiem Another done gone man y luego Lena Horne y después una pieza emblemática que cantaba Nina Simone: My babe just cares for me. Al final, Jessye Norman se sentó al piano y to-dos levantamos vuelo: Amazing Grace.