Buenos Aires. La pobreza en Argentina aumentó de 32 a 35.4 por ciento en el primer semestre del año, el nivel más alto desde el colapso de la economía en 2001, cifra que se da a conocer a menos de un mes de los comicios en los que Mauricio Macri busca su relección.

Se encuentran por debajo de la línea de pobreza 10 millones 15 mil 728 personas, más de un tercio de las que viven en los 31 grandes centros urbanos del país, indicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

En un acto de campaña, Macri había anticipado que las cifras oficiales lamentablemente reflejan la situación que estamos viviendo y aunque duela, hay que mirarlo de frente.

El peor indicador histórico fue posterior a la crisis de 2001, cuando el Indec midió una pobreza de más de 55 por ciento, tras la caída del régimen de tipo de cambio fijo y las privatizaciones. Desde aquellos tiempos, el índice –que según las autoridades engloba a la población que no puede comprar alimentos, ropa u otros productos y servicios básicos como transporte– bajó hasta ubicarse en 26 por ciento en 2013.

La devaluación (de 20 por ciento desde agosto), ocurrida luego de esta medición del Indec, ya va a empezar a impactar y, sobre todo, en los siguientes tres meses, lo que generará otra subida de los índices de pobreza, declaró ayer el sociólogo Daniel Schteingart, de la Universidad Metropolitana.

El índice de indigencia, que mide dentro de la pobreza a quienes no pueden satisfacer necesidades mínimas de ningún tipo, aumentó de 6.7 a 7.7 por ciento en igual periodo, entre el segundo semestre de 2018 y el primero de 2019.

Macri prometió pobreza cero durante la campaña electoral de 2015 que lo llevó a la Casa Rosada, sede de la presidencia.

Argentina cumple un severo plan de ajuste fiscal acordado con el Fondo Monetario Internacional para recibir ayuda por 57 mil millones de dólares desde mayo de 2018, cuando los mercados internacionales le cerraron la puerta al desconfiar de su capacidad de repago.