Los ancianos enfrentan severas desigualdades en México. Este sector tiene bajos ingresos –su principal opción para trabajar es la informalidad– y son quienes menores estudios tienen.

Entre los mayores de 60 años, ocupados, 30 por ciento percibe un salario mínimo o menos, y 23.8 gana de uno a dos minisalarios; además, apenas 15.4 cuenta con estudios de bachillerato o superiores y 42.3 por ciento tiene primaria incompleta.

Ante ese panorama, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) llamó a los tres niveles de gobierno a garantizar los derechos de casi 13 millones de adultos mayores, que representan 10 por ciento de la población nacional.

Con motivo del Día Internacional de las Personas de Edad, que se conmemoró ayer, la CNDH remarcó que es indispensable apoyar a este grupo poblacional para asegurar el desarrollo económico y social del país.

La Encuesta Nacional sobre Ocupación y Empleo 2018 revela que 49.6 por ciento de la población ocupada de 60 años o más trabaja por cuenta propia, seguidos por los empleados subordinados y remunerados.

Según el tipo de ocupación, 21.3 por ciento se dedica a actividades elementales y de apoyo; 20.8 son trabajadores agropecuarios; y 15.2 son comerciantes, empleados y agentes en ventas. Sólo 2.7 por ciento de mayores de 60 años empleados en el país se dedican a actividades administrativas y apenas 2.8 son funcionarios, directores o jefes.

La CNDH indicó que en muchas ocasiones el trabajo en la informalidad representa la única opción para que una persona mayor obtenga un empleo.