Disidentes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) iniciaron ayer una huelga de hambre frente a Palacio Nacional para exigir audiencia con el presidente Andrés Manuel López Obrador y resolver el pago de jubilaciones.

El grupo es encabezado por Ramón Ramírez, quien ha impulsado negociaciones con la Secretaría de Gobernación para que sean saldados los supuestos adeudos, pero no hay avance, dijo.

El primero de octubre sostuvieron una reunión con el subsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta, quien les preguntó si tenían representación legal para gestionar el pago. Respondimos que no y que no queremos ningún puesto, sólo pedimos que nos regresen lo que es nuestro.

Informó que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje revisó losexpedientes y determinó quelos pagos son de aplicación. Además, se había acordado en Gobernación el apoyo económico a familiares de trabajadores fallecidos, y se echaron para atrás.

Hasta el cierre de este edición, Ramírez dijo que no había respuesta por parte de Presidencia y que cinco integrantes de su grupo seguían en huelga de hambre.

Por su parte, la Secretaría del Exterior del SME se deslindó de las acciones de Ramírez, de quien dijo fue quien intentó tomar las instalaciones de manera violenta, el pasado 27 de septiembre.

Señaló que pretende ocultar el hecho de que él y sus seguidores cobraron su liquidación en octubre y noviembre de 2009 renunciando a la protección del sindicato.

En tanto, Mario Benítez Chávez, del grupo Para Todos Todo, uno de los demandados por la administración actual del SME debido al enfrentamiento del viernes pasado, afirmó que no existen pruebas que demuestren su participación.

En un video, expuso que lo que buscan es aislarnos de la enorme simpatía que se está dando dentro del sindicato a favor del movimiento del que forma parte.