Sábado 5 de octubre de 2019, p. 8
La cita fue en el Salón Los Ángeles el jueves pasado a las siete de la noche. El colectivo Tepito Arte Acá bautizó la reunión con un nombre muy acá: Ahí la vemos, Armando Ramírez: espectáculo tropiloco, guapachoso y escénico.
Sobre la acera de la calle Lerdo, en la colonia Guerrero, donde se ubica el famoso salón de baile, se formó una hilera de personas media hora antes del horario anunciado.
Cosa rara, nadie se veía triste; era claro que en el ambiente permeaba la personalidad y el humor del autor de Chin chin el teporocho.
Había mesas reservadas para quienes aportarían algunas palabras, anécdotas o datos personales de Armando. En una mesa de pista, el escritor Emiliano Pérez Cruz veía con curiosidad una botella de mezcal etiquetada para la ocasión: Tepito Arte Acá Teatro con identidad
, se leía en la parte alta. ¡Ahí nos vemos al rato! Homenaje artístico a Armando Ramírez
, era la frase central adornada con una imagen de dos integrantes femeninas del colectivo tepiteño.
Reunidos para que perviva su memoria
Susana Cosme fue la conductora, e inició así: Estamos reunidos para pervivir la memoria de Armando Ramírez
.
La primera intervención fue una lectura de un texto de Armando a cargo de Itzel Cornejo, quien también dio la tercera llamada para la salida a escena de los actores que representaron algunos cuadros de Noche de califas, con fondos musicales que iban de Virgen de medianoche a Kumbala; así, aparte de los momentos melodramáticos, destacaron los bailables. En uno de esos lapsos, Martín Mondragón, integrante de la compañía teatral tepiteña, sacó a bailar a varias damas asistentes.
La segunda representación estuvo basada en la última novela escrita por Armando: Déjame, bien escenificada a pesar del tiempo que tuvieron para ponerla. El tercer montaje fue Quinceañera, basada también en un libro del recordado tepiteño.
El cuadro de actores representó los vaivenes existenciales que sufren los adolescentes de todas las épocas: cortejos, noviazgos, riñas juveniles, regaños familiares, la fiesta de XV años y la masturbación varonil, tocada con bastante humor y al ritmo de la canción Jálale al ganso, de Tex Tex.
El turno de los ponentes fue celebrado con aplausos por todos los asistentes. El escritor Fernando Ramírez, aclaró que más que compañero fue amigo de Armando, y citó algunas anécdotas. Emiliano Pérez Cruz hizo un breve resumen de la bibliografía del escritor y recordó que Armando trascendió el ámbito de escribir y llegó tanto a sus lectores como a la banda en general.
El filósofo Óscar Barrera apuntó: Armando Ramírez muestra con su narrativa, de y desde el barrio, la insostenible frontera entre la pobreza, la miseria del alma y de la tripa; su antítesis y paradoja, la construcción cultural desde la exclusión, que resiste generando obra, desde acá, es decir, a partir de la jodida realidad y de la realidad jodida
.
Mientras los autores Alejandro Sandoval, Enrique Aguilar y Mario Puga aportaron detalles de su cercanía con el escritor más famoso del barrio bravo
.
El turno de Armando Rodríguez hijo se inició con: “Antes que nada, quiero agradecer a los presentes que se hayan tomado un tiempo de su vida para celebrar Qué tanto es tantito.
Lo extraño, pero así es la vida. Nos costó tiempo creer, porque aparte de ser mi padre, también es parte de ustedes, así que siéntanlo suyo. Recuérdenlo, no dejen que se pierda. Quiéranlo. Él está en todos los rincones de la ciudad de Tepito, perdón, de la Ciudad de México, y todavía no se nos va. Él sigue caminando por acá
.
Novela inédita de trama azotada
Por su parte, Jimena, hija del homenajeado, comentó en charla con La Jornada: Se encuentra una novela inédita, cuya trama es muy azotada, aunque aún no sabemos cuándo será publicada
. Informó que en el muro de su padre en Facebook se subirá material de manera constante.
El bailongo empezó con Las Estrellas Matanceras, el grupo de ska de Tepito Fayu-k lo continúo; antes hicieron acto de presencia Estrellas de la Salsa y Mestizo.
La conmemoración se prolongó más de lo programado bajo una mezcla de tristeza y alegría, donde algunos de los presentes aún se refieren a Armando en presente me dice Armando... perdón, me decía Armando
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