Para evitar que “se cuelen coyotes o intermediarios” al programa de precios de garantía para productores de maíz, Seguridad Alimentaria Nacional (Segalmex) se hará cargo directamente de 600 pequeños centros de acopio que ha conseguido gratuitamente, aseguró Miguel Carrillo, director de precios de garantía y estímulos del organismo, en entrevista con La Jornada.

Eran bodegas de la extinta Conasupo que quedaron a cargo de los ejidos o bien son propiedad de organizaciones de productores que se las cedieron en comodato a Segalmex y éste sólo tendrá que hacer algunos gastos de reparación. Es entendible que nos las proporcionen porque a los productores les conviene tener en su comunidad un lugar donde se les compre su producción a precio de garantía, comentó.

Aclaró que la situación es distinta en el caso de las 20 o 25 bodegas de concentración, de mayor tamaño y mejor equipadas, que tendremos que rentar si no las conseguimos gratis a finales de 2019 para almacenar el grano hasta por varios meses antes, en caso de que sea necesario, antes de que se distribuya en las tiendas Diconsa.

El funcionario sostuvo que la principal manera de impedir que los acopiadores o coyotes se beneficien del programa es que éste no es abierto, como sucedía en otros gobiernos donde cualquiera podía vender grano sin que se supiera si era productor o intermediario. Ahora, el programa de precios de garantía, dijo, está sujeto al padrón georreferenciado de ProAgro que no sólo identifica a los productores que son elegibles sino también la parcela que posee, con sus dimensiones y ubicación.

Miguel Carrillo no descartó que por el ingenio o maña de algunos que busquen beneficiarse del programa nos metan algún gol, pero lo importante es que en la generalidad el beneficio llegue y cumpla sus propósitos. Es inevitable que se den casos marginales y debemos estar vigilantes para tapar esos huecos, pero eso no desvirtúa los beneficios y el objetivo de justicia social del programa para que los productores más pobres del país reciban mil 700 pesos o más por tonelada, por encima del precio de mercado.

▲ Miguel Carrillo, director de precios de garantía y estímulos de Segalmex, informó que el programa beneficiará a los productores más pobres que tienen dificultades para acceder al mercado de granos.Foto tomada de Twitter

Para operar los 600 centros de acopio, Segalmex contará con 3 mil operadores, la mayoría personal nuevo reclutado, una buena cantidad son agrónomos y otros tienen estudios hasta bachillerato, y que fueron capacitados para revisar la calidad del maíz que reciban mediante un laboratorio básico.

Si bien el programa está destinado a productores de cuatro granos básicos y leche, destacó que la vertiente del maíz es la más importante por la cantidad de productores y el volumen de grano que Segalmex comprará: un millón 600 mil beneficiarios que tengan hasta 5 hectáreas y hasta 2.5 millones de toneladas en total.

“Son los más pobres y marginales del país y tienen dificultades de acceder a los mercados de grano porque no están organizados o se ubican lejos de las áreas de consumo. Así que usualmente llegan a vender sus excedentes a un coyote que se los paga muy por debajo del precio de mercado, por eso estamos seguros que nos van a vender a nosotros”, dijo.

Segalmex les pagará 5 mil 610 pesos por tonelada de maíz y les dará un apoyo o subsidio por flete de 150 pesos por tonelada para trasladar su cosecha al centro de acopio. Ese mismo maíz podrá ser adquirido después por los mismos productores en las tiendas Diconsa pero más barato: a 5 mil pesos la tonelada, precio mayor al que actualmente prevalece en el mercado.

Suena grande la cantidad de más de 2 millones de toneladas que pensamos adquirir pero no es mucho frente a la producción nacional de 25 millones de toneladas y las más de 40 millones de toneladas, incluidas las importaciones, a las que asciende el consumo total en el país, explicó Carrillo, por lo que descartó alteraciones en los precios de mercado.

Consideró que con el incentivo del precio, los mismos productores buscarán la manera de incrementar la productividad y rendimientos de sus cultivos, lo que eventualmente favorecerá la producción nacional, la soberanía alimentaria y la reducción de las importaciones.