Reconocimiento a su esfuerzo para resolver el conflicto fronterizo con Eritrea
Sábado 12 de octubre de 2019, p. 21
Oslo. El primer ministro etíope, Abiy Ahmed Ali, fue galardonado ayer con el premio Nobel de la Paz 2019 en reconocimiento a sus esfuerzos para poner fin al añejo conflicto fronterizo de su país con Eritrea.
El Instituto Nobel noruego elogió también las importantes reformas
que Abiy, líder de Etiopía desde abril de 2018, ha implementado en su país.
La presidenta Berit Reiss-Andersen dijo que algunas personas podrían pensar que es demasiado pronto para darle el premio, pero es ahora que los esfuerzos de Abiy Ahmed necesitan ser reconocidos y merecen ser alentados
.
¡Estamos orgullosos como nación!
, tuiteó la oficina de Abiy.
Abiy, de 43 años, asumió el cargo después de que protestas generalizadas ejercieron presión sobre la coalición gobernante y afectaron una de las economías de más rápido crecimiento en el mundo. Rápidamente, el líder más joven de África anunció reformas drásticas y con ello empezó la abiymanía.
Desde que tomó las riendas del segundo país más poblado de África, Abiy inició acercamientos con el país vecino, antaño provincia etíope. Apenas seis meses después de su investidura, en julio de 2018, firmó la paz con Eritrea y puso fin así a 20 años de enfrentamientos.
Etiopía liberó a miles de disidentes, pidió perdón por la brutalidad estatal y recibió a exiliados que sus antecesores acusaron de terroristas
. La gente se expresó con libertad en las redes sociales y anunció que Etiopía celebrará elecciones libres e imparciales en 2020.
El nuevo primer ministro también abrió la economía, firmemente controlada por el gobierno, al dar la bienvenida a la inversión privada en importantes sectores de propiedad gubernamental, un proceso que continúa lentamente.
Abiy, nacido en una familia muy pobre, fue visto como un visionario y un reformista con la capacidad de inyectar optimismo en esa zona del mundo castigada por la miseria y la corrupción.
Sin embargo, el entusiasmo dejó paso a la frustración. La frontera entre los dos países está de nuevo cerrada, la firma de acuerdos comerciales se hace esperar y Etiopía aún no tiene acceso a los puertos de Eritrea. Según los analistas, el camino para la paz duradera será largo.