Domingo 13 de octubre de 2019, p. a13
Viena. Eliud Kipchoge estremeció el mundo del deporte al convertirse en el primer atleta que baja de las dos horas en un maratón, aunque el registro del keniano de 1:59.40.2 no puede ser considerado como un récord mundial.
El campeón olímpico y dueño de la marca del orbe 2:01.39 en Berlín 2018, cumplió en el llamado INEOS 1:59 Challenge transmitido en televisión y plataformas digitales, con el solo propósito de poner a prueba la capacidad humana para empujar sus límites y superarlos.
Kipchoge, quien comparó su gesta atlética como la llegada del hombre a la Luna, se dio un par de manotazos en el pecho para festejar y sonrió cuando completó la distancia en el parque Prater de Viena.
Ha sido el mejor momento de mi vida
, dijo Kipchoge al mencionar que pasó cuatro meses y medio entrenándose para esta carrera contra el reloj. Cargaba una enorme presión. Me llamó el Presidente de Kenia
.
El keniano, de 34 años, usó vestimenta y calzado especial y tuvo el respaldo de 41 liebres –campeones olímpicos, mundiales y de primer nivel– que le acompañaron, uno de los motivos por los que la IAAF no ratificará el tiempo como récord mundial.
Recibieron la ayuda de un auto que marcaba el paso con un rayo láser que proyectó la posición ideal en el asfalto. También aceptaron bebidas, que eran entregadas por ciclistas y otros corredores, para prevenir que bajaran el ritmo, aunque en los últimos metros el keniano corrió en solitario.
Es una gran sensación hacer historia en el deporte como sir Roger Bannister
, dijo Kipchoge, refiriéndose al fallecido corredor británico que fue el primero en bajar de los cuatro minutos en la milla (mil 609 metros con 34 centímetros) en 1954.
Soy el hombre más contento por ser el primer humano en bajar las dos horas y puedo decirle a la gente que no hay límites. Podemos hacer que este mundo sea más lindo y pacífico
, dijo. Lo positivo del deporte. Quiero que sea limpio y atractivo
, añadió.
Kipchoge fue alentado por una multitud en el trayecto en el Prater, mientras cientos de kenianos paralizaron el centro de Nairobi, para ver el final de la carrera en una pantalla gigante, y en Eldoret, la meca de los campeones de fondo, salieron a las calles a festejar la proeza. Los organizadores informaron que las regulaciones sobre dopaje fueron aplicadas y que Kipchoge y todas las liebres se sometieron a controles fuera de competencia por parte de la Unidad de Integridad del Atletismo.