Domingo 13 de octubre de 2019, p. 29
Las reducidas dimensiones de las viviendas de interés social en México son fijadas por normas y reglamentos que a su vez están hechos en función de intereses económicos, en los que se busca privilegiar las ganancias con suelo barato, aseguran académicos del Laboratorio de Vivienda de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Mariana Borja Rodríguez y Alejandro Suárez Pareyón, coordinadores del laboratorio, realizan investigación sobre el suelo de uso habitacional, señalan que existe un esquema económico que privilegia a la empresa privada para que resuelva las necesidades de vivienda de la sociedad y que poco se podrá hacer para resolverlo en tanto las normas financieras y de construcción no se modifiquen.
A decir de Suárez Pareyón, parte del problema habitacional en México tiene su origen en el modelo económico que ha dominado en las décadas recientes.
Por un lado, está el incremento de la población y los altos precios delos terrenos en las zonas más urbanizadas de la ciudad; y, por el otro, la población de bajos ingresos a la que se le asignan créditos para hacerse de una vivienda de interés social en la periferia de la ciudad, a una gran distancia de los lugares de trabajo y de los servicios educativos, recreativos y de salud
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Es decir, el modelo económico que promueve este negocio sólo ofrece a la mayoría de la gente casas muy pequeñas y en sitios remotos. Y difícilmente se podrá cambiar este esquema económico que privilegia a la empresa privada para que resuelva las necesidades de la sociedad, pero sí se puede influir para que cambien las normas establecidas para ese tipo de edificaciones.
Borja Rodríguez comentó: Un punto que discutimos con los alumnos es que las dimensiones de la vivienda de interés social no son fijadas por los arquitectos, sino por las normas y los reglamentos. No se puede hacer más si las normas financieras y el reglamento de construcción no se modifican. Están hechos en función del mercado, de la ganancia máxima por un suelo barato y un espacio reducido; es decir, están asociados a intereses económicos y políticos. Ese tipo de vivienda se puede hacer más grande, por supuesto, pero la cuestión es: ¿la gente podrá pagarla?