Lunes 14 de octubre de 2019, p. 5
Mariana Juárez responde un poco adormilada mientras viaja por carretera. Anoche defendió por novena ocasión el campeonato mundial gallo del CMB; venció a la argentina Carolina Duer por decisión unánime. Está cansada y se repone de los golpes, terminó con una cortada en la ceja por un cabezazo que la dejó sangrante, pero victoriosa.
Creo que ya no queda más por hacer
, dice Mariana; así que sólo espero que me autoricen ir como retadora por el cetro supergallo, porque en mi división ya son nueve defensas y a quien podía enfrentar me ha dado la vuelta
.
Mariana tiene un historial de sacrificio. Desde ser la protagonista –junto con Ana María Torres–, de la primera función de boxeo femenil en México, tras la prohibición que impedía a las mujeres pelear de manera profesional. Después ganó el respeto del público, entrenadores y empresarios, siempre a contracorriente. Finalmente una batalla también por encontrar las rivales adecuadas.
Toda mi carrera, desde hace 20 años, ha sido un constante batallar por conseguir las rivales justas. Parece que no quieren, se les ofrece, dicen que sí, pero nunca concretan
, lamenta.
Nunca se concretó la cuarta pelea contra Ana María Torres, tampoco se firmó un posible combate ante Zulina Muñoz, y recientemente se ha especulado un combate ante Jackie Nava, incluso con una conferencia en la que se anunció que por fin pelearían.
Ninguna se hizo realidad.
Si no les interesa, no puedo perseguir a nadie
, lamenta Mariana; tampoco buscar unificar con campeonas de otros organismos, porque la manera que han resuelto a las poseedoras de un cinturón, desde un escritorio, hace que pierdan todo atractivo, al menos para mí
.
Después de la que sea probablemente la última defensa del título gallo, Mariana apunta a conquistar un cuarto cetro en divisiones distintas. En el horizonte no parece otear el retiro.
Hace unos años fue criticada y algunos le dijeron que podía estar cerca del final de su carrera, hoy, Mariana presume satisfecha las defensas que ha hecho y los retos que tiene en mente.
Muchos critican y no saben que hacen daño, porque uno como deportista puede sentirse descalificada; al paso de los años, una recuerda eso y me hace sentir más fuerte y satisfecha, porque demostré que estaban equivocados
, dice orgullosa.
Cuando llegue el retiro, piensa Mariana, podrá voltear a ver que su carrera es parte de la historia del boxeo femenil en México. Entonces está segura que estará orgullosa de haber hecho las cosas bien, con sus recuerdos y sus cicatrices. Orgullosa de mis heridas de guerra
, finaliza.