Elevar la edad de retiro y aumentar la contribución obligatoria de los trabajadores son soluciones simplonas y perversas que no van a solucionar el grave problema que enfrenta el sistema pensionario mexicano, advirtió Gustavo Leal, experto en temas de seguridad social de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), quien advierte: sólo servirán para incrementar la carga al trabajador, sin elevar de manera significativa su pensión.

Desde el punto de vista del catedrático, el presidente Andrés Manuel López Obrador está en lo correcto al no aumentar la edad de jubilación, pero debe afrontar un asunto clave: manifestar que el gobierno federal asumirá el costo fiscal del sistema de pensiones y, sobre todo, encaminar una reforma que tenga como eje la creación de un fondo público donde se administren las pensiones de las nuevas generaciones, sin desechar los recursos del actual sistema de cuentas individuales.

Durante años diversos especialistas han hecho énfasis en que elevar la edad de retiro de 65 a 67 años, pasar la contribución obligatoria de 6.5 a 15 por ciento e incrementar el ahorro voluntario, son tres factores claves en una reforma profunda al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) o de lo contrario los trabajadores mexicanos se retirarán con una pensión de sólo 30 por ciento de su último salario.

Hace unas semanas, en una conferencia mañanera, el presidente López Obrador aseguró que durante su sexenio no aumentaría la edad de retiro, unos días después, en el marco de la cuarta Convención de Afores, Arturo Herrera, secretario de Hacienda, abrió la puerta al decir que era un tema que se debía discutir; sin embargo, al día siguiente, el Presidente aseguró que eso no sucedería.

Para Gustavo Leal, López Obrador va por buen camino al enfriar propuestas ocurrentes y simplonas puestas sobre la mesa para reformar el sistema: Elevar la edad de retiro es una solución salvaje, como todas las del SAR, dijo, al tiempo que recomendó al Presidente comenzar la restructuración del sistema asumiendo el costo fiscal de las pensiones.

Urge un rescate

AMLO debería decir que no le tiene miedo al costo fiscal de las pensiones, porque la realidad es que una parte de éste viene de los 15 años previos a la reforma de 97 y otro de las reformas tecnócratas. Me atrevo a decir que 60 por ciento del casi billón de pesos que representan las pensiones para el gobierno es responsabilidad de reformas mal hechas, indicó el especialista de la UAM.

De acuerdo con el paquete económico 2020, se propone que el presupuesto para el pago de pensiones y jubilaciones del siguiente año sea de 965 mil 202 millones de pesos, un crecimiento real de 6.2 por ciento, respecto a lo que se aprobó para este año.

Una vez que el gobierno asuma el costo fiscal de las pensiones, dijo Leal, el siguiente paso es una verdadera reforma estructural, la cual debe partir de aprovechar lo que ya hay, pero haciendo una remodelación profunda que se tiene que enfocar en dilatar las prestaciones y respetar los derechos.

Una vez que se haya construido ese terreno, continuó el especialista, lo siguiente es lanzar un verdadero cambio, el cual se puede dar mediante la creación de un fondo público, es decir, una caja donde se vaya depositando el dinero de las nuevas generaciones, el cual debe estar administrado por el gobierno, pero con comisiones mucho más bajas a las de ahora y con mejores inversiones, lo que aumentará los rendimientos para los trabajadores.

Sin eliminar el esquema de las Afore, porque esos recursos no se pueden desechar, la idea es tener un fondo con un administrador público, el cual tenga una prima escalonada donde la generación de atrás soporta a la que va salir, señaló Leal.

Desde su punto de vista, tras 22 años, el esquema de las Afore se convirtió en un verdadero engaño, toda vez que sólo se trata de un sistema de ahorro obligatorio que no paga el retiro. Es un esquema de ahorro forzoso que ha generado un monstruo donde la intervención de rescate del gobierno es improrrogable.