La creación de centros de difusión, producción, experimentación y archivo en cada alcaldía de la urbe (una suerte de pequeñas cinetecas), además de la inclusión obligatoria de procesos de alfabetización audiovisual en la educación básica en el área metropolitana, son el par de modificaciones más relevantes que este año se plantean hacer desde la VII Legislatura de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal –primera del Congreso de la Ciudad de México– a la Ley de Fomento al Cine Mexicano de la capital y que se trabajan en la actualidad.

Estos centros no sólo exhibirían cine mexicano y de arte, sino ofrecerían la oportunidad del aprendizaje en materia audiovisual a mucha gente que no tiene la capacitación, porque ahora todo mundo produce, como puede, pero creo que hay que dar mejores herramientas para que puedan hacerlo profesionalmente, con mayor calidad, con una mejor narrativa y, por otro lado, apoyarlos en la difusión con las redes alternativas que tratamos de impulsar, explicó Christian Calónico, director del Fideicomiso para la Promoción y Desarrollo del Cine Mexicano en la Ciudad de México (Procine).

Deberíamos impulsar estos proyectos en la ciudad, pues, además, es posible el trabajo en conjunto; ya la Ley de Fomento plantea ciertas líneas de cooperación entre la Secretaría de Cultura, Procine y las alcaldías, y creo que las podemos ir concretando con proyectos muy específicos, como estos centros de capacitación, producción, experimentación, archivo y difusión del cine mexicano, además de una pequeña cineteca, agregó.

Grupo de especialistas

Desde la dependencia, el sociólogo, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha impulsado la formación de un grupo de especialistas interesados en la alfabetización audiovisual, tanto para proponer las modificaciones a la legislación como para hacer un planteamiento muy serio y sustentado para la enseñanza local, actualmente bajo responsabilidad de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Este colegiado de expertos se reúne cada 15 días, de manera honoraria, para tener un planteamiento firme en las fechas que se requieren, al tiempo que trabajan con ciertos contactos a fin de acercarse a la secretaría federal.

El grupo ya ha tenido dos reuniones. Esta integrado por el académico de la Universidad Nacional, Gabriel Rodríguez Álvarez; la realizadora Lucía Gajá, en nombre de la Academia Mexicana de Cinematografía; Itzel Martínez, programadora de Ambulante; Guadalupe Ferrer, ex directora de la Filmoteca de la UNAM; el documentalista Ludovic Bonleux; Clémentine Mourão-Ferreira, agregada de Cooperación Audiovisual de la Embajada de Francia, y Nadina Illescas, coordinadora del programa Leer cine para el Bachillerato UNAM, de la Filmoteca de esta casa de estudios.

Si logramos que esas dos cosas entren en la ley y que puedan aplicarse, se va a abrir brecha para realizar cambios muy importantes en torno a la creación de públicos para el cine nacional. La alfabetización audiovisual y la educación crítica desde prescolar y primaria es muy importante.

La Ley de Fomento fue publicada originalmente el 17 de febrero de 2009 y reformada el 5 de abril de 2018, pero se espera tener listas éstas y otras modificaciones antes de concluir 2019.

Equipamiento

Al llegar a la institución, hace 10 meses, Calónico respetó la mayor parte de las convocatorias que se habían lanzado, pero decidió no entregar tantos recursos a través de las mismas, sino fortalecer la red alternativa de exhibición cinematográfica, compuesta por 200 cineclubes en la urbe, lo mismo universitarios que delegacionales, independientes, comunitarios o del propio gobierno de la ciudad, además de los que se están formando en los centros juveniles del programa Pilares, impulsado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.

Sólo en 2017 se le otorgó recursos a una veintena para su equipamiento, a cambio de tener 50 funciones de cine mexicano y nada más, por lo que muchos desaparecieron, pues no hubo un seguimiento. Ahora Procine cambiará de táctica y dará apoyos puntuales e individualizados: si requieren un equipo de audio, un aditamento para oscurecer bien el recinto, una pantalla, reparar su proyector o cambiar la lámpara, se los entregarán.

En lugar de una convocatoria hicimos un censo y acudimos a comprobar que sí existen, hicimos un diagnóstico de su equipamiento, programación, financiamiento, qué derechos cubren y con base en ese diagnóstico será la ayuda. Creo que los apoyos generales no funcionan, afirmó el cineasta egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM.

Este año se invirtió un millón de pesos en capacitación para los exhibidores independientes, con lo que se organizaron 90 talleres de 20 horas cada uno y se concentraron en la regularización de los derechos de exhibición, al adquirir con la empresa Licencias y Servicios Audiovisuales (Lysa) autorización general en paquete para que esta red de cineclubes pueda exhibir con los derechos ya cubiertos. También tramitaron los derechos de ocho películas de la Muestra Internacional de Cine para 40 salas a las que nunca había llegado. Procine también será el conducto para ofrecerles el catálogo cultural de la Cineteca Nacional y del Instituto Mexicano de Cinematografía.

La actual política de Procine es incentivar la creación de cineclubes y fortalecer a los que ya existen, hojas volantes y al final se genere un debate, para que la gente viva una experiencia diferente, que aprenda, que pueda expresarse, que la escuchen, que escuche y que se haga comunidad, un poco esa es la apuesta, concluyó.