Al señalar que la investigación de posibles delitos graves no significa espionaje, persecución o terrorismo fiscal sino labor de inteligencia, el presidente Andrés Manuel López Obrador manifestó que los empresarios que están en contra de castigar duramente la facturación falsa son movidos por intereses políticos o se prestan al juego de la corrupción.

En esta materia económica –y de combate a la corrupción como vía para obtener más ingresos en el sector público– el mandatario pidió a los legisladores no elevar el déficit fiscal ni modificar el proyecto de la Secretaría de Hacienda.

Y aquí aprovecho para decirles, con todo respeto, a los legisladores (que quieren aumentar el déficit). No estoy de acuerdo. Ojalá y no le muevan, porque nos conviene mucho que tengamos finanzas públicas sanas, que haya disciplina fiscal, expuso en conferencia de prensa.

Antes, puntualizó, (el gobierno) movía los indicadores de manera artificial para simular más ingresos y generar gasto en favor de la clase política, pero ya no hay bolsa de moches. Es mejor –añadió– quedarnos abajo (en la proyección de ingreso) y actuar de manera prudente en cuanto al precio del petróleo y el déficit programado.

En otra parte de la conferencia matutina en Palacio Nacional, antes de trasladarse a la base militar Santa Lucía, donde será construido el nuevo aeropuerto internacional, admitió que aunque hay avances en la estrategia de su gobierno para reactivar la economía, hace falta incrementar la inversión privada.

Al inicio de su exposición –y a pregunta expresa– agradeció las actitud positiva y los planes de inversión de Carlos Slim, presidente de Grupo Carso, así como su oposición al uso de facturas falsas para hacer negocios.

Acorde con declaraciones recientes de empresarios, el mandatario consideró que la mayoría de integrantes de la iniciativa privada están hartos de la corrupción, pero lamentablemente hay quienes siguen prestándose a ese juego, rechazan los cambios, sobredimensionan el tema y responden a intereses políticos y partidistas.

Entonces, señaló, tienen doble chaqueta: de empresarios y políticos, pero simulan independencia cuando en realidad hay algunos que hasta ya están aspirando a ocupar cargos. Los conozco, aunque se disfracen, ya andan buscando eso.

Por ello les pidió que, así como hay cambios en los dirigentes sindicales, es momento que los del sector privado actúen con rectitud y honestidad, y rechazar todas las prácticas de corrupción, lo mismo el que fabrica facturas y evade impuestos que al que roba una gallina o un cilindro de gas.

Reiteró que la corrupción es delito grave y la sanción será pareja para todos. En ese contexto aseguró que la indagatoria a este tipo de faltas no significa espionaje o terrorismo fiscal sino labor de inteligencia, un medio establecido en la Constitución, no sólo para combatir temas fiscales sino también para el robo de combustible y feminicidios entre otros delitos ahora clasificados como graves. “Es que también están sobre dimensionando el tema, están queriendo llevar las cosas al terrorismo fiscal: ¡ay, qué miedo! El que nada debe, nada teme (…) Si un ciudadano no es corrupto, paga sus impuestos, no es huachicolero o mapache electoral ¿qué le puede importar que haya pena perpetua?”, subrayó el Presidente.

Dijo que es de esperarse una campaña de los inconformes para advertir que habrá terrorismo fiscal, tal como ocurrió con los opositores al etiquetado en alimentos procesados, pese a que el país tiene un serio problema de obesidad, diabetes y otras enfermedades vinculadas a la dieta.

Al final dijo a los empresarios: no se preocupen, el que nada debe, nada teme.