Opinión
Ver día anteriorSábado 19 de octubre de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Derritiéndose
E

stimado señor Presidente: ¡Seamos amigos y hagamos un buen trato! Usted no quiere pasar como un carnicero de seres humanos, ni yo como el líder del mundo libre que le dio en la madre a su economía. El año pasado le di una probadita de lo que le puede pasar.

Así es que mejor seamos cuates. No se haga de la boca chiquita. He trabajado afanosamente –en el tiempo que me queda libre, después de ver mis programas favoritos en mi cadena de televisión favorita– para resolver algunos de los problemas que usted mismo se generó por pendejo. Espero que se dé cuenta de esto y me agradezca. No nos decepcione al mundo y a mí. Tenemos grandes esperanzas en usted.

Mucha gente dice que soy el estratega más brillante que ha llegado jamás a la Presidencia de este noble y poderoso país. Desde luego, es absolutamente cierto. Además, poseo un pensamiento complejo y sofisticado, sólo posible de adquirir a lo largo de mi vasta experiencia haciendo tratos con las personas más disímbolas. Hasta he logrado tratos beneficiosos con personas honestas. ¡Esas sí son huesos duros de roer!

El General que dirige a las fuerzas opositoras a su gobierno está dispuesto a negociar y va a hacer un conjunto de concesiones que nadie se hubiera imaginado que habría hecho. Es que ahora, a estos cochinos comunistas, los tenemos agarrados de los güevos –a mí, en realidad, no me gusta agarrar a los hombres de sus partes nobles; pero a las mujeres….. perdón, perdón, eso no se puede decir, no me vayan a acusar de misógino.

La Historia –con hache mayúscula–, que siempre nos juzga– ¡la muy cabrona!–, será benévola con usted y lo mirará con buenos ojos, pero déjele de echar más crema a sus tacos. Haga las cosas de manera correcta y humana. (No me pregunte qué quiere decir lo anterior, mi experto en imagen público sugirió que metiera esa frase para trasmitir el profundo humanismo que anima a todas mis acciones, Lo cual me pareció okey).

Pero ese mismo juicio histórico, contundente e inapelable, lo pintará como el demonio, el ave de mal agüero, el heraldo de todos los males, el anticristo, si hace las cosas mal.

¡Será marcado con el dedo flamígero del destino! Hablando de lo cual, esos de los dedos me trae malos recuerdos. De pronto esa política de tercera, esa histérica consumada, en mis propias oficinas y enfrente de mis fans y empleados, se atreve a encararme señalándome con su dedo como si fuera un criminal. Como todo mundo lo sabe, no lo soy. El único pensamiento que cruzó por mi mente en ese momento es que el dedo de esa política de tercera debería metérselo por donde le cupiera, que dado el tamaño y grosor no debe tener muchos lugares para albergarlo. De pronto se paran los demás y se salen de la oficina, dizque porque los ofendí. Lo único que dije fue la verdad: son unos holgazanes, corruptos vejestorios inútiles para nada que no sea cobrar su sueldo, chilladores como ratas, carroñosos como las hienas y manipuladores como las hormigas asesinas del Amazonas. Se pararon y se fueron todo dignos. Esos son los opositores que tengo que enfrentar a diario. En cambio, los que le tocaron a usted se los puede echar al plato. Toda una diferencia.

En fin, después de la muy provechosa plática por teléfono del otro día y ahora con esta carta, siento que ya somos amigos.

Hágame el favor: no se comporte como el cabrón del barrio. No la vaya a regar. Le mandé, por cierto, a mis dos miguelitos. Trátelos bien, son gente buena y muy devota.

En cuanto pueda me comunico con usted por el cel o con un tuit. Si se porta bien lo invito a comer una hamburguesa de doble queso, tres pisos, extra-porción de tocino y salsa abundante de barbacoa –omito el guacamole, porque no estoy seguro si le pondré aranceles a los mexicanos o no. Luego, de postre, un helado triple de chocolate con oreos.

Sinceramente suyo,

El mejor presidente de todos los tiempos, ever.

http://gustavogordillo.blogspot.com/

Twitter: gusto47