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Pueblo kurdo: milenario y de larga tradición cultural

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ace casi un siglo, en 1923, Inglaterra, Francia, Italia, Grecia, Turquía y Japón, borraron por un acuerdo firmado en Lausana, Suiza, cualquier referencia a los derechos políticos del pueblo kurdo. Repartieron su territorio entre Turquía (43 por ciento), Irán (31 por ciento), Irak (18 por ciento) y Siria (6 por ciento); el 2 por ciento restante quedó en manos de la Unión Soviética.

Pero el pueblo kurdo tiene más de 3 mil años de existencia y hoy lo integran más de 40 millones de habitantes dispersos especialmente en esos países. Aunque tienen todo en contra, conservan sus tradiciones, lengua y cultura.

Salim Barakat es su poeta y novelista más reconocido internacionalmente. Nació en 1951 en Siria y vive exiliado en Suecia. Barakat recuerda que su pueblo tiene una larga tradición cultural que se remonta al siglo XVI, con poetas, lingüistas, historiadores y traductores. Y destaca los trabajos sobre la literatura y la etnografía kurda realizados por Peter Lerch en el siglo XIX y Margaret Rudenco en el XX.

Discriminados y perseguidos en Turquía, en Irak Sadam Hussein utilizó contra ellos armas químicas que mataron a miles. Estados Unidos guardó silencio pues Hussein era su aliado. Caído el sátrapa tras la sangrienta invasión estadunidense en 2003, el presidente George Bush les prometió apoyarlos en sus reivindicaciones territoriales. No lo hizo.

Fue clave el papel de los kurdos para derrotar al Estado islámico en Siria. Nuevamente Estados Unidos ofreció reconocerles sus derechos sobre zonas que ocupan desde antaño ricas en petróleo y minerales. Mas el presidente Donald Trump los traicionó. Su pretexto: ‘‘no nos ayudaron, por ejemplo, en Normandía”. Permitió que el ejército turco dejara su caudal de víctimas y obligara a migrar a 160 mil personas.

Estados Unidos repite así los errores que tanto le costaron en Corea, Vietnam, Afganistán e Irak. Su complicidad con Turquía agrava los problemas en Medio Oriente.

La soberbia de los imperios hace que tropiecen repetidamente con la misma piedra.