Espectáculos
Ver día anteriorMiércoles 23 de octubre de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Muerte al verano, cinta que transcurre entre el metal y el caos citadino

Filmada en Monterrey, un joven se enamora en un entorno de fábricas y cadáveres

Enviado
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de octubre de 2019, p. 9

Morelia Mich., Muerte al verano (2019), ópera prima del diseñador gráfico y director Sebastián Padilla, se presentó en función de prensa en el 17 Festival Internacional de Cine de Morelia como parte de la Sección de Largometrajes Mexicanos, con la presencia del productor y guionista Alexandro Aldrete, y los actores Ana Valeria Becerril, Joshua Okamoto, Yojath Okamoto, Gabriel Nuncio y Diego Lavalle.

La película es un coming of age que narra los días de Dante entre fábricas, patinetas y cadáveres, cuando lo único que le importa es la banda de death metal que formó con sus mejores amigos. Cuando llega Lucy, la novia de su hermano en coma, provoca caos, confusión y esperanza.

La historia se desarrolla en Monterrey, por lo que pueden apreciarse tanto los paisajes industriales y luces citadinas brillantes como otros más desoladores que han dejado la violencia y el narcotráfico; dentro de todo ello, florece un romance juvenil y la emoción de un próximo concierto de metal.

Sobre la elección de la música, el realizador comentó que cuando hay algo de death metal en el cine es motivo de burla “y no quería hacer una película parodia de género, más bien quería que fuera una parte muy condensada de las vivencias de los personajes.

A Sebastián le gusta el metal y los personajes tienen mucho de él. No creo que haya sido tan táctico como hacer una historia de chicos que hacen metal en una ciudad industrial en medio del desierto, dijo Aldrete. La cosa acabó siendo algo personal y emocional, agregó el director.

Aldrete también mencionó que tuvimos muchas ideas, pero embrionariamente fue que fueran chicos metaleros viviendo en una ciudad y a partir de eso encontramos esta versión que poco a poco fue agarrando forma conforme comenzamos y nos contamos nuestros traumas adolescentes. Existe el contraste entre la dura coraza del chavo metalero y cómo se le va derritiendo a partir de que conoce a la chica de la que se enamora.

En el marco de una ciudad apocalíptica, agrega Aldrete, la cinta “se desarrolla en un mundo que está más allá del bien y del mal; donde el caos ya pasó, pero se viven las consecuencias, con una industria desbordada, los cadáveres están tirados en la calle… todas la preocupaciones, pero al protagonista le vale porque está enamorado, nuestra única preocupación al hacer la película fue la cantidad de cadáveres que íbamos a poner, una dosis exacta para que llamaran la atención y no se convirtieran en un obstáculo para seguir la película”.

Realmente, confiesa Aldrete, en medio de este caos y desesperanza la idea era que pervive el impulso del enamoramiento.

En una escena los jóvenes sostienen una disertación sobre si el grupo Metallica es o no heavy metal. Aldrete responde: “Era una manera de retratarlos a ellos realmente; se pasan la vida hablando de heavy metal y quiénes son los mejores grupos, la discuten y la vuelven a discutir (...) Todos los adolescentes pasan por esa etapa: tienen que negar a algún genio”.