El opositor frente de todos, favorito en las encuestas
Domingo 27 de octubre de 2019, p. 21
Buenos Aires. Con fuertes expectativas de un cambio de rumbo total en Argentina se realizarán este domingo las elecciones generales, con un complicado escenario por los impactantes sucesos en Chile, la injerencia externa en los recientes comicios en Bolivia, donde la Organización de Estados Americanos (OEA) sugiere una segunda vuelta, aunque el presidente Evo Morales haya ganado legal y constitucionalmente, y por la incertidumbre y la tensión ante la serie de irregularidades y algunos cambios realizados de último momento en los sistemas de recuentos en manos de la empresa venezolana Smartmatic denunciada aquí y en otros países por fallas de todo tipo.
Figuran en el padrón 33 millones 841 mil personas, de una población de 44 millones. Están habilitados para votar los argentinos nativos y por opción desde los 16 años y los argentinos naturalizados desde los 18 años.
Además de elegir presidente y vicepresidente para el mandato 2019-2023, los argentinos elegirán 134 diputados para renovar la mitad de la Cámara de Diputados y 24 senadores, también se elegirán gobernadores en algunas provincias y jefe y vicejefe de gobierno en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, e intendentes en diversas provincias.
Mauricio Macri intentará relegirse, acompañado en la vicepresidencia por el ex senador peronista Miguel Angel Pichetto, en la coalición Juntos por el Cambio (la actual alianza gobernante Cambiemos).
El favorito en las encuestas es el Frente de Todos (FdT), integrado por los sectores del peronismo unido en esos comicios y otros 19 partidos y movimientos, que lleva como candidatos a la presidencia a Alberto Fernández y a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En un lejano tercer lugar se ubica Consenso Federal, con la fórmula Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey (peronismo de centro), seguidos por el Frente de Izquierda, Nicolás del Caño y Romina del Plá; los ultraderechistas José Luis Espert y Luis Rosales, de Frente Despertar, y Juan José Gómez Centurión-Cynthia Hotton del Frente Nos, con influencias esta última de las iglesias evangélicas.
Para resultar ganador a la presidencia es suficiente lograr 45 por ciento de los votos o 40 por ciento con una diferencia de por lo menos 10 puntos sobre el partido o movimiento que resulte en segundo lugar.
Las elecciones primarias del pasado 11 de agosto resultaron una amarga sorpresa para el gobierno de Macri, fuertemente apoyado por Estados Unidos, ya que el candidato del FdT logró más de 15 puntos de diferencia a escala nacional y en la provincia de Buenos Aires el joven ex ministro de Economía Axel Kicillof, del FdT, se impuso por 18 puntos sobre la gobernadora María Eugencia Vidal.
Resultaría imposible que la alianza oficialista pueda dar vuelta
a más de 5 millones de votos, desde las primarias hasta ahora. Debido al interés manifestado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, funcionarios y ex funcionarios de ese país, como Henry Kissinger, que consideran muy importante que Macri, su principal aliado
en el sur, gané, sectores políticos han denunciado injerencias de Washington.
Una de ellas es la campaña de los medios de comunicación, que responden al oficialismo aquí (en 97 por ciento) y a Estados Unidos, avalando la política exterior de Washington, contra los gobiernos de Venezuela, Cuba. Nicaragua, Bolivia y otros.
Asimismo, la política ultraneoliberal impuesta por el Fondo Monetario Internacional, y el propio proyecto de Macri, al que se acusa de encabezar un gobierno de gerentes
, llevaron a un virtual cese de pagos y a una crisis tan severa como la que en 2001 terminó con una insurrección popular que sacó del gobierno al entonces presidente Fernando de la Rúa.
La situación Argentina en lo económico, social y político es tan grave como la que llevó a la explosión en Chile o Ecuador. Los 5 millones de votos de diferencia entre el opositor FdT sobre el oficialismo fueron considerados como la expresión de una rebelión popular que alienta la protesta cotidiana y las manifestaciones más grandes desde el regreso de la democracia contra las medidas que llevaron la pobreza a su punto más alto, al desmantelamiento del Estado y a la anulación masiva de todos los derechos adquiridos, incluyendo un vuelco completo a una política exterior independiente y que daba prioridad a la integración regional y el respeto a la autodeterminación de los pueblos para convertirse en un satélite de Washington
, como se denunció.