Herman Cornejo fue aclamado con lluvia de confeti, flores y una obra especial coreografiada por Twyla Tharp // Desde 2003 es el intérprete principal del American Ballet Theatre
Martes 29 de octubre de 2019, p. 5
Nueva York. En una noche llena de saltos de ballet, el más alegre se produjo durante la última ovación, cuando la legendaria coreógrafa estadunidense Twyla Tharp brincó a los brazos de Herman Cornejo para celebrar el vigésimo aniversario del bailarín argentino en escenarios de Nueva York.
Cornejo, galante, de melena oscura y salto impresionante, ha sido un favorito de los seguidores del ballet neoyorquino desde que puso un pie en el American Ballet Theatre (ABT) de adolescente hace dos décadas. El sábado por la noche, en el teatro David H. Koch del Lincoln Center, la compañía celebró al intérprete con una lluvia de confeti, muchas flores y un ballet especial coreografiado por Twyla Tharp: A Gathering of Ghosts (Una reunión de fantasmas).
La noche comenzó con Cornejo, todo de blanco, interpretando el papel principal en Apollo, de George Balanchine, su debut en el clásico rol siendo un veterano de 38 años. Resultó encajar de manera perfecta con su sensibilidad dramática y sus proezas físicas, incluyendo saltos ligeros como los de una pluma y un magnífico control.
Como Terpsícore lo acompañó la bailarina estadunidense Misty Copeland, antigua y frecuente pareja en las tablas.
Luego se proyectó un cortometraje en el que Cornejo, de narrador, se presentó a sí mismo. ‘‘La danza me ha dado una manera de vivir hermosa’’, sostuvo y relató cómo se enamoró del ballet siendo un niño de ocho años en Buenos Aires, cuando vio una producción de Spartacus (Espartaco).
Habló de la influencia de su hermana Erica Cornejo, antigua bailarina del ABT, quien recientemente se retiró del Ballet de Boston.
Y entonces la propia Erica apareció en el escenario para bailar con su hermano El Chamuyo, dueto inspirado en el tango, en un número breve que gustó a la multitud, con música del fallecido violinista uruguayo Francisco Canaro y coreografía de la bailarina argentina Ana María Stekelman.
Romeo y el príncipe en La bella durmiente
La velada terminó con una nueva pieza de Tharp en la que Herman Cornejo, en atuendo negro con plateado estilo matador, hizo de ‘‘anfitrión’’ de fantasmas que incluyeron a Luis XIV, María Antonieta, Marcel Proust y un personaje llamado Greased Lightning (Rayo Veloz).
Entonces llegó la ovación final, con aplausos y vítores, papelillos cayendo desde el techo, y Tharp, extremadamente ágil a sus 78 años, quien saltó a los brazos de Cornejo y lo envolvió con las piernas.
Cornejo se unió al ABT en 1999 y con rapidez escaló posiciones, convirtiéndose en solista en 2000 y en bailarín principal en 2003. Aunque conquistó a la audiencia con su maravillosa técnica, su estatura relativamente baja (1.67 metros) al principio evitó que obtuviera papeles protagónicos en los ballets románticos tradicionales.
Eso gradualmente fue cambiando y ahora interpreta papeles como Romeo, el príncipe Siegfried en El lago de los cisnes y el príncipe en La bella durmiente.