La inversión privada en CFE
a inversión privada en el sector eléctrico continuará durante los próximos años. Sólo en 2018 se comprometieron recursos por 5 mil 102 millones de dólares de firmas extranjeras en este sector, aumento de 42 por ciento frente al año anterior, lo cual es necesario porque no hay suficientes recursos públicos para hacer frente a la demanda de infraestructura.
La inversión en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) estaba en duda, debido a los cambios solicitados por el gobierno en los contratos de los nuevos gasoductos. Por fortuna, Manuel Bartlett llegó a un acuerdo con los empresarios, aunque a ciencia cierta no se sabe cuáles son los ahorros logrados en ese proceso.
Lo que queda claro es que el plazo en que los gasoductos pasarán a manos del gobierno se amplió, lo cual significa que durante más tiempo tendremos que pagar el servicio a las empresas privadas propietarias de las instalaciones.
Independientemente de esa situación, no hay infraestructura más cara que la que no existe. Si la CFE no llegaba a un acuerdo, había dos caminos: dejar sin energía el sureste del país o trasladar por barco, tren o camión los hidrocarburos para generar electricidad, lo cual incrementa sustancialmente el costo.
Además, hay que tomar en cuenta que la inversión en los gasoductos ya se realizó y todo está en orden en materia de derechos de vía, de negociaciones entre autoridades estatales, federales y municipales, de acuerdo con decenas de comunidades por donde pasan los ductos y en todo el proceso se ocuparon miles de trabajadores.
Por las razones anteriores, era importante llegar a un rápido acuerdo con los empresarios que invirtieron en esos proyectos. Ahora, el reto es repetir el modelo en otras regiones o, en su caso, conseguir los recursos gubernamentales para ampliar la infraestructura de la CFE.
Ahora, sabemos que la inversión extranjera directa es bien vista por las autoridades en el sector eléctrico y se realizará con mayor certidumbre. Cuando el gobierno no tiene dinero suficiente para hacer frente a las grandes obras básicas, como carreteras, presas o instalaciones energéticas, es adecuado que parte de la inversión se realice con recursos privados. Por el momento no hay otro camino para el desarrollo.