Ante los nuevos cargos por soborno que enfrenta, la actriz estadunidense Lori Loughlin, reconocida a nivel internacional por su personaje de Becky en Full house (Tres por tres), se declaró inocente.

En marzo pasado, Lori y su esposo, el diseñador Mossimo Giannulli, fueron acusados, junto con otros 50 padres de familia, de sobornar a entrenadores, supervisores de exámenes y consejeros de admisión por pagar puntajes SAT y mentir acerca de las habilidades atléticas de los estudiantes.

Lo anterior, para que sus hijos fueran aceptados en universidades de élite como Yale, Georgetown, USC y Stanford.

A esta investigación se le conoce actualmente como operación Varsity Blues.

Tras las acusaciones de lavado de dinero y conspiración para cometer fraude postal y electrónico, que significarían hasta 40 años de prisión, hace unos días se le imputaron nuevos cargos federales: conspiración para cometer sobornos del programa federal, pagándole a empleados de la Universidad del Sur de California para facilitar la admisión de sus hijos.

De acuerdo con el diario The New York Times, los abogados de la pareja presentaron recientemente documentos oficiales en los que refutan lo anterior y sus clientes se declaran inocentes de todas las acusaciones, además de que renunciaron a su derecho a comparecer en una lectura de cargos el 20 de noviembre.

La actriz Felicity Huffman, protagonista de la serie Esposas desesperadas (Desperate housewives), también estuvo involucrada en el caso.

La ganadora del Globo de Oro y Emmy se declaró culpable de sobornar, con 15 mil dólares, al consultor de admisiones de la universidad donde entraría su hija, para que éste cambiara las respuestas del examen de ingreso.