La Paz. El presidente de Bolivia, Evo Morales, declaró ayer que espera un informe técnico-jurídico y no político de la auditoría que hace la Organización Estados Americanos (OEA) a los comicios del 20 de octubre, mientras las protestas contra su relección hicieron una pausa ayer, cuando miles de personas acudieron a los cementerios a honrar a sus muertos.

Vamos a ser respetuosos del informe de la OEA, esperamos que sea un informe técnico-jurídico y no político, afirmó Morales en un acto en la región central de Cochabamba, al día siguiente de la renuncia del jefe de la misión del organismo, el mexicano Arturo Espinosa, para favorecer la imparcialidad, tras admitir que publicó tuits críticos sobre el mandatario izquierdista.

La dimisión de Espinosa fue un revés para el proceso de verificación del escrutinio oficial, que dio un nuevo mandato de cinco años a Morales, quien llamó nuevamente a sus seguidores a defender la democracia y los resultados electorales.

La situación estaba ayer más tranquila en la nación andina que en las jornadas anteriores, aunque persistió la tensión, los paros cívicos y los bloqueos de calles.

Los bolivianos acudieron masivamente a los cementerios a visitar a sus muertos, en la festividad católica del Día de los Difuntos, mientras la fiscalía anunció el arresto de seis sospechosos de los homicidios de dos manifestantes opositores el miércoles pasado en el poblado de Montero, en Santa Cruz.

Los choques entre opositores y policías han dejado 200 heridos, 140 civiles y 60 policías, uno de ellos en estado de coma, declaró el jefe policial Julio Cordero.

El Comité Nacional de Defensa de la Democracia, que aglutina a la oposición, pidió a la OEA retirar la misión de técnicos y auditores, porque aseguraron que su trabajo no genera confianza ni credibilidad en la ciudadanía boliviana.

El informe de la OEA debe estar listo en dos semanas y el apoyo de Morales a esta auditoría, indicaron expertos, sería una señal de que piensa que le será favorable para sellar un cuarto mandato hasta 2025.