Martes 5 de noviembre de 2019, p. 3
Madrid. Los hombres con niveles más altos de testosterona libre y una hormona de crecimiento en la sangre tienen más probabilidades de ser diagnosticados con cáncer de próstata, según una investigación presentada en la Conferencia de Cáncer NCRI 2019.
Se sabe que otros factores, como la edad avanzada, el origen étnico y los antecedentes familiares, aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de próstata. Sin embargo, el nuevo estudio, en más de 200 mil hombres, es uno de los primeros en mostrar evidencia sólida de dos factores que podrían modificarse para reducir el riesgo.
La investigación, del Departamento de Salud de la Población de Nuffield, Universidad de Oxford, Reino Unido, recuerda que la enfermedad es el segundo cáncer diagnosticado con más frecuencia en los hombres en todo el mundo después del de pulmón y una de las principales causas de muerte por neoplasias, “pero no hay consejos basados en la evidencia que podamos dar a los hombres para reducir su riesgo.
Estábamos interesados en estudiar los niveles de dos hormonas que circulan en la sangre porque investigaciones previas sugieren que podrían estar relacionadas con el cáncer de próstata y porque estos factores podrían modificarse, en un intento por reducir el riesgo
, añade.
Los hombres estudiados forman parte del proyecto Biobank del Reino Unido, estaban libres de cáncer y no tomaban ninguna terapia hormonal. Se analizaron muestras de su sangre para determinar sus niveles de testosterona y una hormona de crecimiento llamada factor de crecimiento similar a la insulina-I (IGF-I).
Fueron seguidos durante entre seis y siete años para ver si desarrollaban cáncer de próstata. Dentro del grupo, hubo 5 mil 412 casos y 296 muertes por la enfermedad.
Se encontró que quienes tenían concentraciones más altas de las dos hormonas en la sangre tenían más probabilidades de ser diagnosticados con cáncer de próstata.
Al observar a la población en conjunto, los investigadores dicen que sus hallazgos corresponden a un riesgo 25 por ciento mayor en los hombres que tienen los niveles más altos de IGF-I, en comparación con los más bajos. Quienes poseen los niveles más altos de testosterona libre enfrentan un riesgo 18 por ciento mayor de padecer el mal, en comparación con los que poseen los niveles más bajos.
Los investigadores dicen que debido a que los análisis de sangre se tomaron algunos años antes de que se desarrollara el cáncer, es probable que los niveles hormonales conduzcan a un mayor riesgo de padecerlo, a diferencia de las neoplasias que conducen a niveles más altos de las hormonas. Gracias al tamaño de la población estudiada, también pudieron tomar en cuenta otros factores que pueden influir en el riesgo de cáncer, como el tamaño corporal, el estado socioeconómico y la diabetes.
“Este tipo de estudio no puede decirnos por qué estos factores están relacionados, pero sabemos que la testosterona juega un papel en el crecimiento y la función normales de la próstata y que el IGF-I tiene otro en la estimulación del crecimiento de células en nuestros cuerpos.
Esta investigación nos dice es que estas dos hormonas podrían ser un mecanismo que vincula factores como la dieta, el estilo de vida y el tamaño corporal con el riesgo de cáncer de próstata, esto nos lleva un paso más cerca de las estrategias para prevenir la enfermedad.
Dieta y neoplasia pulmonar
Una dieta rica en fibra y yogur está asociada con un riesgo reducido de padecer cáncer de pulmón, según un estudio de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, Estados Unidos, y publicado en la revista JAMA Oncology.
Los beneficios de una dieta de este tipo ya se han establecido para las enfermedades cardiovasculares y el cáncer gastrointestinal. Los nuevos hallazgos, basados en análisis que involucraron a 1.4 millones de adultos en Estados Unidos, Europa y Asia, sugieren que también puede proteger contra el cáncer de pulmón.
Los participantes se dividieron en cinco grupos, de acuerdo con la cantidad de fibra y yogur que consumieron. Las personas con la mayor ingesta tenían un riesgo 33 por ciento menor de padecer cáncer de pulmón en comparación con el grupo que no lo hacía.
Nuestro estudio proporciona pruebas contundentes que respaldan la directriz dietética de Estados Unidos 2015-2020 que recomienda una dieta alta en fibra y yogur. Esta asociación inversa fue robusta, vista consistentemente en fumadores actuales, pasados y nunca fumadores, así como en individuos con diferentes antecedentes
, asegura el autor principal del estudio, Xiao-Ou Shu.
El especialista destaca que los beneficios para la salud pueden estar enraizados en sus propiedades prebióticas (alimentos no digeribles que promueven el crecimiento de microorganismos beneficiosos en los intestinos), así como en las probióticas.