El Alto. Jeanine Áñez, autoproclamada presidenta de Bolivia, promulgó la ley que abre la puerta a nuevas elecciones. Luego vino la extraña foto para estos tiempos de crispación: ella tomaba la carpeta con el documento de un lado, y del otro lo hacía la titular del Senado, Eva Copa, una alteña de 32 años que estudió trabajo social y pertenece al Movimiento al Socialismo (MAS), partido de Evo Morales.

Forzada cohabitación institucional sobre todo para el MAS, cuyo número dos (el uno es Morales) fue detenido el jueves en una revisión de rutina.

Continúa la persecución de dirigentes. Sin pruebas ni argumentos jurídicos, arrestaron a Gerardo García, vicepresidente del MAS-IPSP, al ejecutivo de la FUL (Federación Universitaria Local) de la UMSS (Universidad Mayor de San Simón), Carlos Juchano y anunciaron orden de captura contra Wilma Alanoca. Paren las detenciones ilegales e injustas.

A 40 kilómetros del Palacio Quemado, pobladores de Senkata bloquearon nuevamente, de manera parcial, la vía hacia La Paz, a un kilómetro del lugar donde fueron atacados por militares que les dispararon desde helicópteros y desde los edificios, según los testimonios que familiares de los nueve muertos ofrecieron frente a una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

“Nos están matando como si fuéramos animales, como si no tuviéramos derechos. ¿Cómo es posible que vengan, disparen a quien sea y luego digan ‘ellos se están matando entre sí’?, preguntó María Cristina Quispe, esposa de Juan José Tenorio, de 23 años, quien recibió un disparo en el corazón el pasado 19 de noviembre.

¿Qué le voy a decir a mi hijo cuándo crezca y me pregunte por su papá? No tengo palabras, no tengo lágrimas ya, siguió la mujer frente al secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrao.

La viuda narró que su marido volvía de cobrar su sueldo y cometió el error de ayudar a levantar a los heridos y llevarlos a un lugar seguro. Ese fue su error, ayudar a los que lo necesitaban, no dejarlos tirados como perros.

Primitivo Quispe demandó justicia para su hijo Pedro, de 37 años: Mi pedido es más que todo por mis nietos, han quedado huérfanos de padre. Uno, ni siquiera lo va a conocer. Es nenita, ¿no, hija?, preguntó a su nuera embarazada.

Elvia Quispe Ticona habló por su hermano Antonio, muerto a los 23 años. Aseguró tener pruebas de que a su familiar le dispararon desde un helicóptero. Minutos antes estaba almorzando con mi mamá. Sale y a la vuelta de casa recibe un impacto de bala.

Wendy, pareja de Devi Posta Cusi, no pudo contener el llanto mientras decía: Nosotros sólo hemos venido a trabajar. Quiero la anulación del decreto 4078. Que detengan a la señora Áñez, a (Arturo) Murillo (ministro de Gobierno, quien se ha responsabilizado del operativo que tuvo como objetivo liberar la planta de combustible que se ubica en Senkata y así llevar gasolina y gas a la capital del país).

Antes de recibir los testimonios, Paulo Abrao expresó que el trabajo de la CIDH consiste en buscar testigos, documentar las situaciones y acopiar información, a fin de empujar a las autoridades estatales a cumplir su deber de justicia y reparación de las víctimas, de aclaración de los hechos.

Los habitantes de Senkata recibieron a la delegación de la CIDH en un templo de la localidad, con una lluvia de carteles, gritos de ¡justicia! y aplausos.

A tres calles de distancia, familiares y amigos velaban a Milton David Zenteno, estudiante de derecho de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), quien recibió un tiro en la cabeza en los hechos del martes 19 y murió el viernes, convirtiéndose en la novena víctima de lo que los pobladores llaman la masacre de Senkata.

En medio de su dolor, Porfirio Usnayo, tío del joven estudiante, se permitió ironizar: Queremos vivir en la dictadura de Evo Morales. Mejor era con ese hombre (que) con estos racistas. No solamente ahora, desde antes. Siempre nos han aplastado. A la Plaza Murillo jamás permitían a los Quispes, a los Huascas... Los españoles como han llegado, agarrada la Biblia para saquearnos nuestras riquezas, ahora han vuelto en esta gestión de 2019.

Otros familiares del joven asesinado culparon de su muerte al rector de la UMSA: Si hubiese suspendido clases, Milton no hubiera tenido que salir.

Una prima del muchacho aseguró que el rector de la institución educativa pública pagó con notas la asistencia a marchas en contra de Evo Morales. Los estudiantes de la UMSA desempeñaron un papel clave en la cadena de hechos que condujo a la renuncia de Morales, previa sugerencia militar.

El sábado, apenas se aprobó la ley electoral, la bancada del MAS introdujo un proyecto de ley extraordinaria para reafirmar el ejercicio de los derechos y garantías del pueblo boliviano. Muy resumidamente, plantea que haya investigaciones imparciales sobre los hechos de violencia, indemnización a las familias de los muertos, atención a los heridos y libertad a los presos durante la crisis. En dos de sus artículos, y aquí entra la polémica, propone una suerte de amnistía para Evo Morales y Álvaro García Linera.

Este domingo, la presidente interina reiteró que si los legisladores aprueban el proyecto no lo promulgará porque se trata de una ley de impunidad.

En La Paz, por la tarde, el rector de la UMSA, Waldo Albarracín, encabezó una pequeña marcha de los llamados cívicos. El objetivo central de la movilización fue demandar que no se apruebe la ley extraordinaria propuesta por el MAS. El 10 de noviembre, en medio del caos que desató la renuncia de Morales, personas que él identifico como masistas, prendieron fuego a su casa.

En las marchas de los partidarios del presidente asilado en México es frecuente escuchar reclamos al papel que la UMSA y sus estudiantes desempeñaron en las protestas tras los comicios del 20 de octubre.

Imagínese si estos delitos quedan impunes, son un incentivo para su repetición consecutiva, permanente, y se deja en absoluta desprotección a la ciudadanía. Porque, además, de paso lo que están buscando es que las fuerzas armadas y la policía se replieguen y la pregunta es quién va a cuidar a la gente, porque ellos están armados, no sólo con dinamita o armas contundentes, sino con armas de fuego, a ellos los han entrenado durante bastante tiempo.

Para alejar el escenario de confrontación –de guerra, se susurra en La Paz– el gobierno de facto aceptó las demandas de una decena de organizaciones sociales para pacificar al país. Se trata de un principio de acuerdo que supone replegar a los militares de lugares no estratégicos y la derogación del decreto que otorga inmunidad a la actuación castrense, lo que a ojos de los seguidores del MAS es una licencia para matar.

Al llegar a la explanada frente a la universidad, sus seguidores gritaban al rector: ¡Te quemaron la casa, un castillo te vamos dar!

Ya para despedirse, Albarracín sonrió y dijo: Para decirlo en mexicano: Evo Morales chingó a la democracia.