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Plan para colonizar Marte incluye producir hierro in situ, con el fin de construir una base
 
Periódico La Jornada
Martes 26 de noviembre de 2019, p. 3

Madrid. La producción de hierro en Marte a partir de bacterias enviadas desde la Tierra, cuyo resultado será empleado para construir una base en el planeta rojo, ha sido fundamentada de forma científica.

Benjamin Lehner, estudiante de la Universidad Tecnológica de Delft con experiencia en nanotecnología y biología, elaboró un plan de colonización de Marte que no involucra ningún ser humano en los primeros años. El proyecto también elimina la necesidad de enviar materiales pesados a ese planeta. Lehner propone el uso de cápsulas no tripuladas con tres componentes: un rover, un biorreactor y una impresora 3D.

El rover no es más que una pala sobre ruedas. De día recoge el suelo marciano rico en hierro (regolito) y lo lleva al biorreactor, que está lleno de bacterias Shewanella oneidensis. “En su forma natural, no podemos usar mucho hierro en el suelo marciano –explica Lehner–, pero S. oneidensis tiene la capacidad de convertir parte del suelo en magnetita, un óxido de hierro magnético”.

Después de que las bacterias hayan hecho su trabajo, la magnetita se puede extraer con imanes. Mediante la técnica de fabricación de cerámica basada en litografía (LCM), la impresora 3D luego convierte la materia prima en tornillos, tuercas, placas de hierro y otros objetos, todo lo que los futuros colonos necesitan para construir una base marciana.

Algunas de las principales ventajas de las bacterias son que se auto-rreproducen, son fáciles y baratas de transportar y pueden soportar altas cantidades de radiación. En el plan de Lehner, las microalgas alimentan a las bacterias.

Las primeras convierten la luz solar y el bióxido de carbono de la atmósfera marciana en nutrientes y oxígeno.

También producen residuos que serán un recurso importante para los primeros pobladores de ese planeta, ya que pueden transformarse en composta. El propio reactor de biominería también produce tales desechos orgánicos.

Lehner y su equipo han calculado cuánto hierro podría generar una cápsula no tripulada con un reactor de mil 400 litros: aproximadamente 350 kilogramos por año. Después de 3.3 años, produciría más hierro del que cabe dentro de la cápsula. Al enviar varios de estos módulos no tripulados a Marte podemos fabricar una buena cantidad de hierro en pocos años.

El candidato a doctorado también ha considerado el almacenamiento del material impreso en 3D. Queremos evitar que nuestras bacterias contaminen el planeta, ya que eso podría dificultar la búsqueda de vida en Marte, dice en un comunicado. ¿La solución? Una cámara sellada inflable unida a un lado de la cápsula. El material se puede almacenar de forma segura en este espacio protegido.

La propuesta de Lehner se ajusta a un enfoque que se ha vuelto más popular en la investigación espacial en años recientes: la utilización de recursos in situ (ISRU), la recolección, el procesamiento y el uso de materiales que están naturalmente presentes en un planeta u otro cuerpo celeste.

ISRU es una tecnología importante de la cual necesitamos ser pioneros para hacer posible la exploración sostenible, dice Aidan Cowley, asesor científico de la ESA.