Este jueves es el último día que tiene la Fiscalía General de la República (FGR) para admitir que no hay pruebas lícitas en contra de Mónica Esparza Castro, quien lleva en prisión casi siete años, acusada por los delitos de secuestro y posesión de armas, luego de haber sido torturada para obligarla a autoincriminarse en un delito que no cometió, señaló el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh).

La organización señaló que el caso de Esparza –también documentado por Amnistía Internacional y la ONU–incluso mereció una recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la cual no ha sido cumplida.

El Centro Prodh recordó que la mujer, originaria de Torreón, Coahuila, fue detenida el 12 de febrero de 2013 por personas de una patrulla de la policía municipal de dicha ciudad, mientras viajaba con su pareja y su hermano en una camioneta propiedad de su padre.

Luego de haber sido víctimas de tortura y agresiones sexuales, los tres fueron obligados a firmar declaraciones autoinculpatorias.

Mónica Esparza, recordó la organización, está siendo procesada por los delitos de secuestro y posesión de armas de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea en el juzgado primero de distrito en la Laguna, Torreón, y hoy se encuentra recluida en el Centro Femenil de Readaptación Social de Coatlán del Río, en el estado de Morelos.