Domingo 1º de diciembre de 2019, p. 11
En el país existe un índice preocupante de afectaciones a la salud mental de niños, niñas y adolescentes debido al clima de violencia, lo que se manifiesta a través de diversos síntomas físicos y sicológicos que no siempre son identificados debido a la falta de personal suficiente y bien capacitado en estos temas, señaló Carolina López, de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) para México y Honduras.
En charla con La Jornada, la especialista indicó que MSF tiene un equipo multidisciplinario de alrededor de 200 personas que traba-ja en el tema de salud mental infantil en Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo, Tenosique, diversas localidades del estado de Guerrero y la Ciudad de México, donde le da atención a los menores que lo requieren.
A través de un enfoque integral, que combina el trabajo de médicos, sicólogos y trabajadores sociales, los integrantes del equipo identifican algunos de los síntomas que se presentan en niños que han vivido situaciones de violencia, como pérdida de interés en el juego, miedo a estar solos, llanto constante, comportamientos regresivos (volver a gatear o a chuparse el dedo), pesadillas, rechazo a la escuela y pérdida de control de esfínteres.
Con la presencia de los padres o cuidadores de los niños y niñas, los especialistas documentan la intensidad y la frecuencia de estas manifestaciones y ponen en marcha un programa para mejorar el estado emocional de sus pacientes en campañas de trabajo que suelen llevarse a cabo en hospitales y escuelas donde son invitados por las autoridades.
Resistencia a hablar
Ante las resistencias que muchas personas siguen teniendo para hablar del tema de salud mental, el equipo de MSF inicia su labor sensibilizando a los niños y a sus padres a través de juegos y obras con títeres, por ejemplo, para detectar casos de menores posiblemente afectados y sugerir tratamientos, sin imponer su visión.
Con respecto a los peligros de que la infancia esté expuesta a un clima de violencia, López resaltó que muchas de las niñas y niños afectados por abandono, abuso sexual y otras formas de agresión ven afectada su salud física y sicológica a largo plazo, lo que a su vez deja una grave huella en la comunidad y en el país.
Cuestionada sobre las principales carencias en México para afrontar esta problemática, la especialista de MSF advirtió que en muchas de las ciudades donde trabajan no hay sicólogos suficientes para tratar a los menores, además de que el personal que atiende a este sector no tiene la capacitación ni la sensibilidad suficiente para acercarse a ellos de manera adecuada.