Jueves 5 de diciembre de 2019, p. 10
La ola de desapariciones forzadas ocurridas en el municipio veracruzano de Ixtaczoquitlán –la cual ha dejado hasta ahora 16 víctimas– no comenzó a finales de octubre pasado, cuando se notificó sobre la ausencia de siete comerciantes, sino en abril de este año, momento en el que tuvieron lugar los primeros casos, todos ellos vinculados con detenciones hechas por la policía municipal.
Así lo indicaron familiares de los afectados, quienes señalaron que el director de Gobernación del municipio, Octavio Pérez Romero –actualmente prófugo de la justicia– podría estar vinculado con grupos de la delincuencia organizada, y que la existencia de supuestas fosas clandestinas dentro de la propia comandancia de la policía local es un secreto a voces
en la comunidad.
A condición de no revelar su nombre, por temor a sufrir alguna represalia, familiares de Luis Daniel González Córdoba, Francisco Arellano y Hugo Ríos afirmaron en entrevista con La Jornada que los tres hombres desaparecieron el 6 de abril de este año, luego de que policías municipales los detuvieron por consumir bebidas alcohólicas y escuchar música dentro de un auto estacionado en la calle.
De acuerdo con las personas consultadas, los agentes señalaron en su bitácora de hechos que las tres personas fueron consignadas a las 14 horas por alterar la vía pública
y estar a bordo de un vehículo presuntamente robado, lo cual no es cierto, porque el auto pertenece a Hugo Ríos.
Según información de las autoridades –que después le fue proporcionada a los familiares de las víctimas–, un par de horas más tarde acudió una mujer a pagar 300 pesos de multa para conseguir la puesta en libertad de los tres hombres, pero ninguna de las personas cercanas al tema reconoce a dicha persona y desde entonces sus seres queridos no han sido ubicados.
Uno de los elementos que generan dudas entre los denunciantes es que la policía de Ixtaczoquitlán negó tener detenidos a González, Arellano y Ríos, pero cinco días después un grupo de agentes ministeriales les confirmó que los hombres sí estuvieron en los separos de la comandancia local. Además de ello, los celulares de algunas de las víctimas siguieron prendidos y funcionando de manera intermitente, como lo comprueban sus estados de WhatsApp y la sábana
de llamadas de los aparatos.
Hasta ahora van 16 personas desaparecidas, pero te aseguro que hay más. Mucha gente dice que dentro de la comandancia local hay una fosa, lo que ya es un secreto a voces. Nadie dice esto públicamente por el miedo que tenemos, pero no nos vamos a mover hasta encontrarlos o que nos den una razón de ellos
, afirmó una de las personas que fueron entrevistadas.