En entrevista con La Jornada, la directora de la FIL de Guadalajara refrenda la apertura a todas las posturas y al diálogo, incluso entre ideas contrastantes // La defensa de los derechos de las mujeres siempre se ha incluido en la agenda del encuentro editorial, aclara
Viernes 6 de diciembre de 2019, p. 2
Guadalajara, Jal., La Feria Internacional de Libro (FIL) de Guadalajara es un espacio con larga tradición de apertura al diálogo y respeto a todas las ideas, sostiene Marisol Schulz, directora del encuentro editorial.
En entrevista con La Jornada explica que si bien ninguna de las organizadoras del performance Un violador en tu camino le ha informado acerca de los planes de montarlo este viernes dentro del recinto ferial, ‘‘nuestra reacción es: adelante, siempre y cuando no haya violencia y en el entendido de que no la estamos convocando nosotros”.
La FIL ‘‘no es reactiva, es propositiva”, añade al explicar que la atención que se ha dado a una denuncia por acoso en el encuentro se debe a que ‘‘hay una ética universitaria (pues la feria es organizada por la Universidad de Guadalajara) ynos han asesorado los propios maestros que supuestamente tendrían que cumplir con esa ética,al igual que los trabajadores universitarios.
‘‘Este año ha habido una ola de denuncias sobre acoso, muy ciertas, pero la FIL ha tenido estos temas en su agenda desde hace mucho tiempo, no es de ahora, es decir, no nos estamos subiendo a la ola; no es que reaccionamos al tema.
‘‘El año pasado en que se hablaba del #MeToo hicimos un foro; tenemos el premio Sor Juana, que es sólo para mujeres, cuya entrega ahora se pospuso porque la autora ganadora, María Gainza, tiene a su hija enferma. Vendrá a recibirlo en otro momento, cuando pueda viajar.”
La directora de la FIL aclara que el recinto donde se encuentran es privado (la Expo Guadalajara), ‘‘lo estamos subarrendando y en la medida que cualquier actividad provoque inseguridad o un tema de violencia no podemos permitirla, porque vienen miles de niños y Protección Civil nos indica una serie de normas.
‘‘Pero poniendo cuidado, hemos tenido manifestaciones aquí, como el primer año de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, cuando recibimos una protesta de los familiares, sin problemas.
‘‘En sus momentos de más ocupación, en la Expo hay hasta 30 mil personas, y una estampida o un problema de seguridad sería tremendo, pero nuestro compromiso de seguridad es igual de fuerte que el de apertura y el permitir todos los puntos de vista, siempre y cuando no haya provocaciones de violencia”, insiste.
Ninguna instrucción para impedir los pañuelos verdes
Para este viernes, apunta Schulz, ‘‘tenemos chicos de control de público que son estudiantes que nos van a ayudar si ocurre el performance Un violador en tu camino; formaremos un cerco como lo hicimos ante grupos de Palestina que se manifestaron cuando Israel fue invitado de honor” de la FIL.
Confirma que ella no dio ninguna instrucción para impedir la entrada a la Expo Guadalajara de los pañuelos verdes que simbolizan la lucha feminista. Fue una decisión personal de una de las mujeres policías que vigilan la entrada.
‘‘El criterio, lamentablemente de algunas de nuestras personas de seguridad, es muy cortito. No sé quién les dijo que el pañuelo verde era peligroso; me sorprende. Perdón, pero tenemos cuerpos de seguridad en el país que no están bien preparados.
‘‘Muchos de mis colaboradores usan el pañuelo verde, yo no por precaución, porque también hay gente del bando contrario que quiere venir a hablar, y no quiero generar una confrontación”.
El acoso, atroz en cualquier lugar del mundo
Fue durante un acto en el cual se encontraba la directora de la FIL se encontraba cuando un profesor acosó a una estudiante.
Schulz narra que estaba hablando del libro de Carlos Fuentes, ‘‘cuando por fortuna la chica dijo lo que sucedía; mandamos traer a los del módulo especializado en acoso y la asesoraron.
‘‘Se le logró quitar el celular al hombre, que resultó ser un maestro; tenía 20 minutos de grabación de la joven, sin su autorización. Es atroz que suceda eso, en cualquier lugar del mundo.
‘‘Hablé con la chica, estaba llorando, la abracé y le dije: ‘esta feria no permite esas situaciones’, que la íbamos a acompañar y apoyar. También le dije que no permitiera que ese suceso le arruinara la vida.
‘‘Lo bueno de esta ola feminista es que ya no estamos para quedarnos calladas”. Schulz reiteró que el ambiente en la feria editorial ha sido muy propicio para hablar del gran movimiento feminista que bulle en el mundo, ‘‘como siempre, la FIL está abierta a todas las posturas, al diálogo incluso entre ideas contrarias”.
Respecto de la afluencia de visitantes, ‘‘hay mucho más que el año pasado y los editores nos han dicho que llevan 40 por ciento más de ventas que en 2018.
‘‘El ánimo está maravilloso, no ha habido nada grave que lamentar. Este viernes y hasta que concluya la FIL esperamos que todo continúe bien.”