Respecto de 2018, la asistencia se elevó en 20 mil personas y la recaudación superó la inversión, lo cual indica que aún es autofinanciable, señala el presidente del patronato, Raúl Padilla
Lunes 9 de diciembre de 2019, p. 6
Guadalajara, Jal., Para sorpresa de los organizadores de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, este año se incrementó el número de visitantes respecto de 2018.
Debido a la situación económica por la que atraviesa el país esperábamos menos o la misma cantidad, y no fue así: recibimos un estimado de 840 mil personas, 20 mil más que el año pasado
, explicó Raúl Padilla, presidente del patronato la FIL.
Los ingresos también confirman que el encuentro librero más importante de Iberoamérica continúa siendo autofinanciable: en su edición 33 recaudó 125 millones de pesos, cuando se invirtieron en su realización 120 millones.
Si bien los libreros no acostumbran a compartir sus cifras de ventas, se tiene un estimado a partir de encuestas con el público. En promedio, 60 por ciento de los visitantes compraron uno o dos libros (con un costo, también promedio, de 200 pesos) lo que representaría 30 por ciento de ganancias para las editoriales, también respecto del año pasado.
Debido a diversas situaciones geopolíticas
, la asistencia de profesionales del libro se redujo un poco: mientras en 2018 acudieron 19 mil 740, en esta ocasión asistieron 18 mil 906, siendo la ausencia de libreros bolivianos la más notable. Cancelaron a última hora, y también vinieron menos argentinos, chilenos y colombianos
, explicaron los organizadores del encuentro editorial.
En cuanto a la instalación del Módulo de la Defensa de Derechos Universitarios, éste atendió cuatro quejas por acoso, impartió 23 pláticas de asesoría y dio 27 charlas preventivas, informó Marisol Schulz, directora de la FIL, quien también hizo un recuento de las iniciativas que ha venido realizando la feria para reducir su impacto ambiental, que incluyen un plan de manejo de residuos, el uso de materiales reciclados y el servicio de transporte masivo gratuito.
Esta FIL ha sido más multicultural y multilingüe que nunca; pocas cosas logran mover tantas fronteras como un libro y eso lo celebramos todos
, apuntó.
Espacio plural, de diálogo y debate
Padilla dijo que la FIL es, desde su nacimiento, “un espacio libre, plural y muy propicio para la crítica, el diálogo y debate. En más de 30 años eso no le ha agradado a más de uno, sobre todo en el ámbito gubernamental. En el pasado hemos recibido diversas presiones.
En esta ocasión, en la inauguración me permití hacer algunas observaciones de lo que desde nuestro enfoque no está implementándose adecuadamente, por ejemplo, lo relativo a los recortes a las universidades públicas, porque creemos que la cultura en el país viene de severos recortes y debería tener un nuevo y mejor tratamiento. El gobernador de Jalisco hizo lo propio. Hubo malestar en algunos ámbitos, pero ninguna presión
, reconoció el funcionario.
Por supuesto, continuó, en la FIL destacó la intensa presencia de las mujeres y los grupos feministas que levantaron la voz en contra del entorno de violencia que viven en su cotidianidad, para quienes la feria abrió un espacio a sus legítimas demandas de respeto y justicia
.
Dentro del balance positivo de la FIL, consideró el rector de la Universidad de Guadalajara, quedan también a manera de rúbrica las reflexiones de varios invitados especiales, como el Premio Nobel de la Paz 2016, el colombiano Juan Manuel Santos, quien dijo que es necesario aprender de los procesos pasados para ser audaces en el presente
durante la charla que tuvo con Rodrigo Londoño, ex jefe de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de ese país, quien reviró: hoy, ser revolucionario es ondear banderas blancas como símbolo de reconciliación y paz, con ética y firmeza, para la lucha por un mundo más justo
.
Asistieron 2 mil 417 editoriales, 727 escritores de 42 países, representantes de 29 lenguas, así como 287 agentes literarios que participaron en 258 foros y 57 encuentros académicos.
India se despidió como país invitado para pasar la estafeta a la ciudad de Sharjah y a la cultura árabe, que en 2020 compartirán en Guadalajara los tesoros literarios de aquella región.