Carlos Rivera, profeta en su tierra
spectacular y emotivo fue el concierto que brindó Carlos Rivera en Tlaxcala ante una multitud que abarrotó el estadio de futbol Tlahuicole.
Acompañado de una banda de excelentes músicos mexicanos, coristas y bailarines, el cantante egresado de La Academia, invitó a su público a vivir una velada romántica durante dos horas y minutos, ofreciendo buena parte de su repertorio de balada pop con un dinamismo escénico que mantuvo de principio a fin.
El concierto, con motivo de la celebración por los 500 años de la fundación de Tlaxcala, se vivió intensamente, dada la empatía del cantante con el público. Rivera había ofrecido algo intenso, que el público de Tlaxcala se llevaría en el pensamiento y el corazón
. Y por lo visto y vivido, cumplió. Esa noche, sorprendió con un espectáculo elegante, dinámico y de alta tecnología.
Hubo cambio de vestuario y mucho movimiento escénico. Una afortunada sucesión de imágenes proyectadas en la enorme pantalla central y dos laterales ayudaron a ver magnificados los desarrollos, en tanto, cámaras de circuito cerrado enfocaban a la gente que mostraba una festiva actitud. Entre canción y canción, Carlos hacía breves comentarios acerca de la familia, la tradición y las hermosas
costumbres de su pueblo. La conexión con su público era más que evidente. Tlaxcala, mi corazón está con ustedes y vivirá siempre aquí
, dijo en un momento en que las palabras tejieron un puente entre la música y la emoción. Carlos Rivera es una persona sensible, que no olvida su origen ni abandona sus tradiciones, me comenta casi al final del concierto Edith Ahuatzi Bello, promotora cultural. Muchos lo pueden criticar, pero lo cierto es que todo lo que ha logrado ha sido por él, con mucho esfuerzo, con mucho trabajo
.
La razón del concierto, decíamos, fue celebrar el aniversario de la ciudad, con lo que el gobierno estatal culminó una serie de actividades artísticas y culturales.