Viernes 20 de diciembre de 2019, p. 24
París. La movilización contra la reforma al sistema de pensiones en Francia entró ayer en su tercera semana y las negociaciones entre el gobierno y los sindicatos siguen estancadas, lejos todavía de la perspectiva de una tregua
por Navidad. Los dirigentes laborales convocaron a una nueva jornada de marchas el 9 de enero, al salir de una reunión con el primer ministro Édouard Philippe, que no ofreció novedades, en palabras del secretario general del principal sindicato (CGT), Philippe Martinez. El jefe del gobierno francés prefirió declarar que las discusiones de los últimos días permitieron avances concretos
y convocó a nuevas reuniones para principios de enero. El principal punto de desacuerdo es la edad de jubilación, que el gobierno quiere que sea a los 64 años, en lugar de 62. Los trabajadores se oponen de manera tajante a esa propuesta. La reforma global del gobierno implicar fusionanr los 42 regímenes de pensión existentes en un sistema único, basado en un sistema de puntaje. Para el Ejecutivo se trata de una reforma necesaria para garantizar un equilibrio financiero, pero los sindicatos, muy poderosos en Francia, denuncian una regresión social. Ayer se cumplieron 15 días de huelga en el transporte público, y aunque se notaba una ligera mejora, desplazarse sigue siendo un reto para los franceses, sobre todo en la capital. Dos de las ocho líneas del Metro que hasta ahora estaban cerradas volvieron a funcionar, pero seis siguen paralizadas. Los trenes suburbanos circulaban, pero únicamente en las horas de mayor afluencia. Muchos franceses no podrán tomar el tren para viajar de vacaciones o pasar las fiestas de Fin de Año en familia. La compañía ferroviaria nacional SNCF anuló el jueves 59 por ciento de los trenes previstos para el 23 y 24 de diciembre.