En un episodio lamentable, Julio César Chávez júnior abandonó el combate ante el estadunidense Daniel Jacobs y al parecer puso así fin a su carrera, lo que ocasionó una trifulca del público en el Talking Stick Resort Arena, de Phoenix, Arizona, donde el púgil mexicano tuvo que salir resguardado de la multitud que le lanzaba todo tipo de objetos en señal de reclamo y descontento, al que se sumó su desconsolado padre a los pies del ring.

Chávez estaba ante la oportunidad, tal vez la última, de retomar su carrera, pero la pelea tenía malos presagios desde que en octubre la Comisión de Nevada le impuso una suspensión temporal por negarse a una prueba antidopaje, la que finalmente libró con intervención legal.

En la ceremonia de pesaje, el hijo de la leyenda no pudo superar la báscula; la pelea estaba pactada en 168 libras y el sinaloense registró 172.7, por lo que fue multado con un millón de dólares antes de enfrentar a Jacobs, quien lo superaba hasta el séptimo asalto, cuando la esquina de Chávez decidió no continuar el combate bajo el argumento de que su peleador había sufrido fractura nasal.

El retiro de Chávez, que dio el triunfo automático a Jacobs, detonó la furia del público, que de inmediato lanzó todo tipo de líquidos y objetos hacia el ring en la inmensa arena, donde los integrantes del equipo de Chávez salieron con la leyenda Matar o morir en sus uniformes.

Rey Martínez, nuevo campeón mundial mexicano, pluma del CMB

El nuevo escándalo del hijo de Chávez eclipsó la pelea subestelar, en la que surgió un nuevo campeón mundial mexicano. Una veloz combinación le dio a Julio César Rey Martínez un nocaut técnico en el noveno asalto ante el nicaragüense Cristofer Látigo Rosales, para apoderarse del cetro mosca del Consejo Mundial de Boxeo, que estaba vacante.

El combate entre el mexicano y el nicaragüense fue parejo en los rounds iniciales, en los que intercambiaron golpes, y si bien el mexicano estuvo a punto de caer en el segundo, claramente se llevó el tercer episodio. Ambos seenfrascaron en una batalla en la que Rey mostró más velocidad y potencia; sacó todo el poder y pudo haber noqueado hacia el sexto, a partir del cual lo único que hizo fue crecer ante el nicaragüense en este combate entre los dos primeros clasificados de la división.

Martínez ya había tenido el cinturón en su poder, el pasado 31 de agosto, cuando fue declarado vencedor sobre Charlie Edwards, aunque tras revisar la repetición instantánea se apreció un golpe fuera de tiempo y la pelea se declaró No contest.

El mexicano regresó a casa sin el cetro de las 112 libras y con la revancha pactada, pero el entonces monarca dejó vacante el cetro, por lo que los primeros clasificados fueron designados a disputarlo.

De esa manera, México cerrará el año con ocho campeones mundiales, Rey Martínez con récord de 15 victorias y un revés, 12 por la vía del nocaut, mientras que Rosales, ex campeón mundial, se quedó con registro de 29-5, 20 antes del límite.