Lunes 23 de diciembre de 2019, p. 2
Después del inesperado desenlace de la pelea de Julio César Chávez júnior el pasado sábado, su padre, JC, lanzó una andanada de insultos contra quienes criticaron a su hijo por ya no querer pelear con el argumento de una fractura en la nariz.
Ante la reacción visceral de Chávez padre, el ex tetracampeón mundial Érik Terrible Morales publicó un mensaje en redes sociales donde le pedía mesura y le recordó que no puede insultar ni a la prensa adversa ni al público molesto con las actuaciones del júnior.
Entiendo que defienda a su hijo, eso está bien
, comenta Morales; también me parece válido que el júnior ya no quisiera seguir peleando contra Jacobs, nadie sabe qué sentía, pero también deben entender que el boxeador debe hacerse responsable de lo que sucede en el cuadrilátero
.
El Terrible no tiene otro referente para entender el boxeo que su propia experiencia. Pertenece a una generación en la que los peleadores se disputaban el derecho a estar en el gusto del público en Estados Unidos. Una actitud y una mística que compartió con sus rivales Marco Antonio Barrera y Manny Paquiao, así como con Juan Manuel Márquez, con quien nunca peleó.
Todo boxeador tiene algo que lo mueve a salir adelante
, explica Morales; nosotros teníamos que rompernos el alma para mantenernos en la única plataforma disponible en Estados Unidos, que era la cadena HBO, tal vez eso no lo tiene Chávez júnior, porque nunca tuvo esa necesidad y se vale
.
Esa devoción por un deporte espectáculo, que pone en riesgo la vida de los competidores, exige una seriedad manifiesta en cada pelea, sostiene Morales.
Lo que ocurre en el ring, como en una ceremonia, debe tener un aura de respeto que se extiende también al público.
Nunca le puedes faltar el respeto a la gente, ni a la prensa, porque ellos nos dan la fama
, señala Morales; el público paga el dinero de donde sale nuestro sueldo y si exige entrega hay que respetarlo
.
El Terrible no cuestiona que Chávez júnior no quisiera exponerse tras una fractura de nariz. Pero advierte que los antecedentes del heredero de JC son poco serios y llenos de escándalos.
Yo entendí el boxeo como una actividad peligrosa en la que no sólo debía vencer al oponente, sino también sobreponerme a mis límites físicos, pero eso era mi manera de entenderlo. Por eso peleé fracturado de una mano, mi nariz se rompió sobre lesiones viejas, porque así entendí que se vivía este deporte
, agrega.
Morales recuerda que en años recientes han ocurrido episodios donde se pone en riesgo la credibilidad del boxeo; por lo que el desenlace del combate del júnior contra Jacobs le hace comprender la reacción del público que acudió al combate y el que siguió la acción en medios de comunicación.
Este es un episodio más, por eso creo que JC no tiene derecho a atacar a quienes critican lo qué pasó con su hijo
, insiste Morales; deben entender y hacerse responsables de la realidad en el cuadrilátero, de lo reciente y lo pasado
.