Lunes 23 de diciembre de 2019, p. 30
En la temporada invernal aumenta la frecuencia de depresión, un trastorno que está relacionado con la disminución de luz solar y que afecta a entre 4 y 8 por ciento de la población, en una proporción de cuatro mujeres por un hombre.
Ante ello, la Secretaría de Salud, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) recomendaron a la población tomar baños de sol por periodos de 20 a 45 minutos diarios o cuando sea posible, o a la luz de lámparas que simulen la iluminación natural.
Explicaron que este trastorno emocional se presenta con síntomas como cansancio sin causa aparente, apatía, desgano, pérdida de energía, irritabilidad, pensamientos negativos y derrotistas, insomnio o mucho sueño durante el día y falta o aumento del apetito.
Las personas con más posibilidades de sufrir depresión estacional, señalaron, son quienes tienen diagnosticada alguna enfermedad sicológica o trastorno bipolar, niños, adolescentes, mujeres y adultos ma-yores, quienes viven solas, aisladas o son inestables emocionalmente.
Para reducir el riesgo, debe aumentarse la actividad física con breves caminatas en el exterior, y si se tiene la costumbre de dormir de día, que sean siestas de menos de 20 minutos, alimentarse adecuada-mente y evitar la ingesta de alcohol.
En un comunicado, destacaron para el diagnóstico se emplean protocolos de atención específica, donde pueden intervenir sicólogos o siquiatría y médicos de primer contacto capacitados en el tema, lo que permite lograr el control de la enfermedad y que la persona se reincorpore a sus actividades.
Resaltaron que se lleva a cabo una profunda revitalización de la Estrategia de Atención Primaria de la Salud, que incluye a los trastornos mentales, para garantizar el acceso a toda la población que lo requiera a los servicios integrales de salud mental en condiciones de igualdad y sin discriminación.
Agregaron que la Estrategia Nacional de Prevención de Enfermedades se desarrolla bajo un enfoque multisectorial, integral y coordinado con el fin de generar redes de apoyo que intervengan y detecten los diversos factores: biológicos, sicológicos, sociales, ambientales y culturales. Al mismo tiempo, identificar los datos que dicen que alguien está en riesgo”.