En México, particularmente en la frontera con Estados Unidos, se requiere de un nuevo modelo de atención para los hijos de familias migrantes o deportadas porque se les dificulta adaptarse a la escuela mexicana, de acuerdo con Eunice Vargas Valle, investigadora del Colegio de la Frontera Norte.

El estado fronterizo de Baja California y, en especial la zona metropolitana de Tijuana, ocupó el primer lugar a escala nacional en términos relativos en recepción de niños y adolescentes migrantes provenientes de Estados Unidos entre 2010 y 2015 con un total de 9 mil 344 de entre cinco y 17 años de edad.

La académica, que coordinó la Encuesta de Integración Escolar y Migración en la Zona Metropolitana de Tijuana, señala que 60 por ciento de los niños y adolescentes migrantes procedentes de Estados Unidos que residen en el área metropolitana de Tijuana aspiran a regresar a vivir y trabajar en dicho país.

Según la encuesta, 68 por ciento de quienes estudiaron en Estados Unidos nacieron allá y sólo 32 por ciento en México. Respecto a las razones que dieron de su estancia en Baja California, 25 por ciento dijo que era por trabajo de los padres, 20 por ciento por deportación, 16 por ciento debido a la separación o divorcio de los padres y 8 por ciento por no tener la documentación para residir en Estados Unidos.

Uno de los resultados más importantes de esta encuesta y las entrevistas a profundidad fue que 25 por ciento de los estudiantes migrantes con al menos un año en México indicó que no le gustaba la escuela, y es que el primer año de integración al sistema escolar es un periodo difícil de adaptación debido a los múltiples trámites que tienen que realizar, el escaso o nulo dominio del idioma español, el enfrentarse a la separación familiar, el no identificarse culturalmente con el país y la falta de protocolos en las escuelas para recibir y dar seguimiento a esta población vulnerable, dijo la especialista galardonada con el Premio de Investigación 2019 de la Academia Mexicana de Ciencias en el área de ciencias sociales.

Estos estudiantes se enfrentan a condiciones de vida difíciles en México que contrastan con las condiciones en las que vivían en Estados Unidos y su deseo es regresar a trabajar lo más pronto posible, en especial para aquellos que tienen la ciudadanía estadunidense, explica.

Muchos aspiran a trabajar para financiar sus estudios en algún community college, opción de educación superior de dos años en Estados Unidos; la gran mayoría no está esperando que los padres los apoyen, sino que ellos, con su trabajo y las oportunidades de tener la ciudadanía se quieren financiar sus estudios, sostuvo.

Vargas Valle ha recomendado a las autoridades educativas la creación de un modelo de atención integral que propicie ambientes escolares inclusivos con la capacitación de docentes, administrativos y directores, la enseñanza del español, el aprendizaje del inglés por niveles, la atención sicopedagógica y el fortalecimiento de redes sociales para la integración sociocultural.