La Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados planteó que sí es necesaria una reforma fiscal que incremente la recaudación –que observa una caída sistemática, en especial por ingresos petroleros– y fomente, además, la mejor distribución de los recursos.

Se requiere también corresponsabilidad para sanear las finanzas públicas locales, que pasan por un momento delicado, con el propósito de disminuir la dependencia de las transferencias de la Federación, explicó el presidente de la comisión, Alfonso Ramírez Cuéllar (Morena).

México ocupa el último lugar en recaudación de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con 16 por ciento del PIB, anotó, y refirió que desde 2012 se observa una caída sistemática de los ingresos petroleros, lo cual obliga a pensar en una reforma fiscal para fortalecer los de otras fuentes.

Consideró que ya se debe comenzar la organización de una convención nacional hacendaria, que tenga como meta fortalecer las finanzas públicas del país y en la que se discutan temas como la conveniencia de constituir un consejo fiscal independiente –que haga recomendaciones sobre cómo mejorar el ingreso–, así como identificar nuevos esquemas de coordinación fiscal, en los que se asegure la corresponsabilidad de todos los órdenes de gobierno.

Los presidentes municipales y gobernadores tienen muchas demandas y constantemente solicitan apoyo de la Federación, pero también deben hacer su parte y cumplir con sus obligaciones constitucionales de recaudar los impuestos que les correspondan, expuso.

Informó que la alta dependencia de las trasferencias de la Federación fue de tal magnitud en 2018, que 80 por ciento de los ingresos de las entidades federativas fueron de origen federal –de éstos, 35 por ciento corresponden a participaciones y 45 por ciento a aportaciones–, mientras los ingresos propios y de otras fuentes representaron 10 por ciento de alcaldías y estados.

Refirió que en 2016 la tasa de evasión del IVA fue de 45.8 por ciento de su recaudación potencial, es decir, 2.4 por ciento del PIB. Resaltó que, de no existir la evasión de ese gravamen, se recaudarían 564 mil millones de pesos adicionales cada año.

En cuanto al ISR, citó que prevalecen regímenes especiales que dificultan el cumplimiento. Por ejemplo, las personas físicas con actividad empresarial tienen una tasa de evasión de 56 por ciento, y las físicas en el régimen de arrendamiento, de 73.5 por ciento.

Por ello consideró que la reforma fiscal debe buscar que se mejore la progresividad del marco tributario actual, así como garantizar mayores ingresos para que, por medio del gasto, se reduzca la desigualdad. Además, insistir en el combate a la informalidad, mejorar la recaudación del predial –es el principal ingreso de los municipios–, aplicar impuestos ambientales, simplificar el pago de contribuciones y sanear las finanzas públicas en las entidades.