Como titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), Mara Gómez Pérez, convocó a diversas organizaciones civiles a dialogar en los próximos días para conocer sus preocupaciones y demandas, pero la propuesta de la funcionaria es hacerlo mediante videollamadas de 90 minutos de duración, y no en persona, lo que da un mensaje de frialdad y distancia.

Así lo advirtió la coordinadora nacional de la Red Eslabones por los Derechos Humanos, Valentina Peralta, quien lamentó que dicha iniciativa significa un mal inicio de Gómez al frente del organismo, el cual podría deberse a su falta de experiencia en el trato con las familias o a su temor de que éstas se inmiscuyan en su labor.

El pasado 2 de enero, señaló la activista en charla con La Jornada, que Gómez le envió un correo electrónico en el que afirmó que las víctimas y sus familiares deben ser el elemento central de cualquier estrategia de cambio, por lo que la invitó a una reunión de trabajo vía remota el próximo 20 de enero.

Para concretar dicha cita –a la cual podría invitar a un máximo de tres representantes de su organización–, la activista tendría que acudir al centro de atención integral de la CEAV en la ciudad de Toluca, a pesar de que su trabajo lo desempeña en la Ciudad de México. Otros colectivos de víctimas recibieron una invitación en términos similares.

El hecho de que Gómez convoque a las familias a realizar encuentros por videollamada, en vez de hacerlo en persona, muestra que no tiene mucha claridad sobre las víctimas y sus dinámicas operativas. Tal vez no lo hizo de forma mal intencionada, porque tener una visión académica o institucional te hace ser pragmático, pero estaría perdiendo la oportunidad de mirar a las personas de carne y hueso, escuchar su voz, estar cerca de ellas, enfatizó Peralta.

En una institución que sólo tuviera que registrar datos y números, sería viable, pero un organismo cuya encomienda es la atención integral a las víctimas no podría hacer su trabajo en una llamada de una hora y media desde una pantalla, señaló.

Luego de enfatizar la importancia de la empatía con las familias y colectivos, Peralta lamentó que la primera acción convocada por Gómez se lee muy mal, porque está enviando un mensaje totalmente impersonal, como si quisiera poner una barrera para no tener contacto físico con las víctimas. Si el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene contacto directo con muchas personas durante horas, no veo por qué ella no pueda hacerlo.