Martes 7 de enero de 2020, p. a10
César Córdova no es mayor de edad, pero ya ostenta la responsabilidad del repunte de la marcha mexicana del futuro. A los 17 años ganó el Campeonato Panamericano en Costa Rica y en diciembre pasado fue reconocido con el Premio Estatal al Deporte de la Ciudad de México. El momento que vive y la perspectiva de ser protagonista coincide con el interés de la Presidencia de la República de apoyar tres disciplinas con profundo arraigo popular en México: el beisbol, el boxeo y la marcha.
César no pudo participar en el programa impulsado desde Presidencia, debido a los calendarios que tiene ya definidos, pero considera que voltear a ver el futuro de la marcha mexicana, que en el pasado fue líder mundial, crea buenas expectativas para recuperar su esplendor.
No pude participar en el proyecto de gobierno porque mi calendario no coincidía con el de ellos
, explica Córdova; por eso continuaré trabajando por mi cuenta con la Conade, porque había competencias en las que yo no encajaba, pero el hecho de que se voltee a ver la situación de la marcha nos beneficia a quienes nos dedicamos a este deporte
.
Córdova ganó el campeonato en 10 mil metros, por delante de su compatriota Carlos Mercenario, en el Panamericano de San José, Costa Rica, su mayor triunfo hasta el momento que augura su preparación olímpica, no a Tokio 2020, sino en París 2024.
Mi objetivo no es Tokio 2020, porque apenas voy a debutar en 20 kilómetros en este año, que es la prueba olímpica
, explica; sería muy apresurado buscar la marca en tan poco tiempo. Necesito crecer, tengo 17 años, pero mi mirada está puesta sin dudas en París 2024, adonde llegaré como un marchista maduro física y mentalmente, con posibilidades de medalla
.
Pese a la suspensión que recibió la marchista Lupita González, medallista olímpica y campeona del mundo, Córdova considera que sus triunfos devolvieron la esperanza en una disciplina que hacía tiempo no atraía la atención.
Lo que hizo Lupita nos entusiasmó a muchos jóvenes marchistas, yo entre ellos
, cuenta Córdova; fue un referente, pero mi ídolo siempre fue Éder Sánchez, aunque no consiguió medalla olímpica, tuvo tiempos y actuaciones memorables que a mí me inspiraron para seguir luchando
.
La vocación de Córdova fue una casualidad. Mientras corría con su familia en el Autódromo Hermanos Rodríguez vieron al entrenador Javier España, a quien preguntaron si podía integrarse al equipo que preparaba.
Lo hicieron como una medida contra el ambiente hostil en el barrio donde vive desde niño. Le costó trabajo asumirse como atleta de alto rendimiento, le incomodaba la afectación del paso de la caminata. Hoy, orgulloso, es una de las promesas de este deporte en México.