Pachuca, Hgo., Al ambiente de inseguridad, violencia y hostigamiento en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de esta ciudad se suma el hecho de que Roberto Yáñez Anta, junto con sus familiares, recibió la concesión de la única tienda que hay en el penal, donde se venden alimentos, artículos de limpieza y hasta de carpintería al doble o triple de su costo.

En un informe de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México sobre las actividades económicas en los penales ubicados en la capital del país, dado a conocer en noviembre de 2015 a solicitud de un ciudadano, Yáñez Anta figuraba como concesionario de la panadería del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente.

En otro reporte, de la misma Secretaría de Gobierno con fecha de octubre de ese año, Yáñez Anta aparece en la lista de socios industriales a cargo de una purificadora de agua, también en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, en la cual se le daba empleo a tres internos.

Aunque en la tienda que se le concesionó en el Cereso de Pachuca Roberto Yáñez da empleo a cuatro convictos, éstos son cambiados de manera periódica, por lo que no representa ningún tipo de ayuda para los internos.

En contraste, a raíz de que se le otorgó la concesión fueron cerradas 20 tiendas distribuidas en cada una de las galeras, en las que se daba trabajo a los prisioneros.

Aunque en el penal hay tres fondas, a los concesionarios de éstas (todos ellos internos) se les obliga a comprar los insumos en la tienda de Roberto Yáñez.

A los familiares de los internos no se les permite ingresar compras los días de visita, por lo que se ven obligados a adquirir todo en el centro de reclusión.

Implementos de carpintería, productos de tlapalería, así como pintura, resinas, madera, cromos, verdulería, materiales de construcción, carne, frutas, leche... Se nos obliga a comprar todo a precios muy elevados, con la permisividad de las autoridades penitenciarias, en particular del jefe de seguridad, Juan Antonio Bautista Lara, y del director Víctor Hugo Lara Arias, quienes nos amenazan con enviarnos a penales alejados para que nuestras familias no puedan visitarnos, reveló uno de los reos, identificado como Juan M.

Pese a que el uso de teléfonos está prohibido, los reos aseguran que en la tienda se venden cargadores, equipos de manos libres y baterías.

Además, los custodios no permiten que sus familiares ingresen alimentos para que compren los productos en la tienda tres veces más caros y con frecuencia ya caducos.

Juan M y otros convictos dicen que Roberto Yáñez Anta, propietario y administrador de la tienda general del Cereso de Pachuca, dice que es novio de Laura Talamantes García, subsecretaria de Reinserción Social de la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo.

Dicha funcionaria fue denunciada hace dos meses ante la Comisión de los Derechos Humanos de Hidalgo por pretender reubicar por la fuerza a internas del área femenil a un edificio de dormitorios que, afirman, está a punto de desplomarse a causa de daños estructurales provocados por el sismo del 19 de septiembre de 2017.

Tanto Roberto como sus hermanas Deya, Angélica y Norma Yáñez Anta dicen estar protegidos por Laura y que nada podemos hacer.