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Murió Paco Gruexxo, pionero de las tocadas de rock en Tlatelolco
 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de enero de 2020, p. 8

Las tocadas de rock fueron la vida y el orgullo de Paco Gruexxo. Impulsor de los hoyos fonky en Tlatelolco, el roquero, promotor y comunicador abrió la puerta a este género, así como a innumerables bandas que debutaron en foros que promovió en esa unidad habitacional, donde fue considerado el rey.

El pasado lunes 6 de enero, Francisco Aguilar Chávez falleció a causa de un infarto fulminante a los 73 años de edad, dijo Osiris Aguilar, una de sus cinco hijos –Rock, Greta, Circe e Ingrid–, que le sobreviven junto con su esposa Carmen Gutiérrez y varios nietos. Otro de sus hijos, Espartaco, murió hace años y dejó un dolor inmenso en el roquero, el cual nunca logró superar.

Paco Gruexxo siempre llamó la atención en todas las épocas de su vida. Alto, fornido, con atuendos llamativos y sus inseparables gafas oscuras, trabajó hasta fechas recientes componiendo, produciendo y tocando con su banda. Y todavía me aviento un set de una hora y media, decía.

En una entrevista que ofreció hace casi un año a La Jornada, en su casa de Ciudad Satélite, el roquero recordó las críticas que recibió, las amenazas y hasta los enfrentamientos que sostuvo con muchos políticos. A principios de la década de los 60 organizó el primer concierto masivo en Tlatelolco y luego llevó el rock a los foros Antonio Caso, Félix Azuela y Cinco de Mayo.

Tampoco –dijo– le gustaba ser llamado emperador de Tlatelolco, pero era una enciclopedia viviente de la música. Recordaba con precisión fechas, nombres, bandas, y todo aquello que involucre el rocanrol, sus subgéneros y vertientes.

De sus múltiples peleas, recordaba: Mira esta mano... y mira esta otra con el callo. Me rifaba lo mismo con uno que con tres; tengo balazos y cicatrices, pero gracias a Dios siempre salí bien.

Sin negar los vicios y excesos que tuvo, Paco Gruexxo también aceptó: Si no me hubiera medido no llego a esta edad.

Aseguró: Me gustan el cigarro, el whisky y la champaña; el rock no puede ser totalmente transparente, si no tienes algo de malicia no puedes rocanrolear. Amo a Dios nuestro Señor, porque es el único que me ha ayudado; siempre le he tenido respeto.

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▲ Siempre quise ser original y no parecerme a nadie, decía el roquero.Foto cortesía de la familia

Lo cierto, admitió, es que un roquer es para siempre y no puede estar sujeto a lo que diga una mujer; es una necesidad de movimiento. El que no se mueve se empioja.

Sobre sus atuendos y accesorios, comentó: “Siempre quise ser original y no parecerme a nadie; soy el pionero de una serie de cosas, como fue utilizar antorchas, explosiones y chavas desnudas durante los perfomances”. Incluso hice el primer concierto de rock en el Zócalo; debuté a todos, hasta a Chac-mol y Dangerous Rhythm, de Piro Pendas, antes de que esta banda se convirtiera en Ritmo Peligroso.

En 2015, en la columna En el Chopo, Javier Hernández Chelico dedicó al roquero el texto Paco Gruexxo celebra, donde definió: “Un personaje, en el más estricto sentido mitológico, es Paco Gruexxo. Y una de las leyendas roqueras locales propagadas por él mismo narra cómo creó un imperio forjado en base a tocadas de rock en el Club 5 de Mayo y en los teatros Antonio Caso y Ferrocarrilero, todos enclavados en la unidad Tlatelolco.

“Nombres rutilantes ayudaron a propagar la fama de Gruexxo: su palomazo con Canned Heat, que pasaba por su mejor momento con Fito de la Parra, Al Wilson y El Oso Hite; igual, su jam con John Lee Hooker. Son memorables los conciertos que organizó bajo el lema: Tlatelolco proyecta. Paco conserva lo gruexo: reloj Bacherone Constantin, cadenas de oro alrededor del cuello y muñecas y, sobre todo, su pasión por el rock.”

En el primer mes de 2020, tras su incesante vida y su inolvidable Sinfonía en Tlatelolco, Paco Gruexxo será sepultado la mañana de este miércoles en el cementerio Jardines del Recuerdo, en el estado de México, donde su esposa, hijos y nietos lo despiden con mucho amor.