Ese artista ‘‘creaba siempre lo que otros soñaban crear’’, consideraba Goethe // De su obra más célebre, Madonna Sixtina, el detalle de unos ángeles es una imagen muy popular plasmada en tazas, playeras y cuadros que se venden por Internet
Viernes 10 de enero de 2020, p. 4
El pintor y arquitecto italiano Rafael Sanzio (1483-1520), considerado uno de los tres artistas más importantes del Renacimiento (junto con Leonardo da Vinci y Miguel Ángel), será homenajeado este año en Italia para conmemorar su 500 aniversario luctuoso.
La Madonna Sixtina, de Sanzio, pintada aproximadamente entre 1513 y 1514, es su obra más célebre y generó gran influencia, además de admiración, no sólo de artistas, sino de escritores como León Tolstói, Fedor M. Dostoievski y Johann Wolfgang von Goethe; este último dijo: ‘‘Rafael creaba siempre lo que otros soñaban crear”. También se le atribuye a otro pintor italiano de esa época, Antonio Allegri da Correggio, la famosa frase ‘‘Anch’io sono pittore!” (¡Yo también soy pintor!) cuando por primera vez vio la pintura.
División entre lo terrenal y lo celestial
En la obra se observan, a los lados, a San Sixto y Santa Cecilia, en el centro la Madonna mostrando al niño, en la parte inferior del cuadro, para contrastar con la seriedad de las figuras superiores, unos angelotes con aire travieso apoyados en una balaustrada.
En ese detalle Rafael expresa la división entre lo terrenal y lo celestial. La humanización de las figuras será una constante en su pintura para seguir las teorías del humanismo imperante en la cultura italiana.
Según los expertos, empleó una perspectiva muy peculiar ‘‘de arriba hacia abajo’’ para aumentar la tensión de la escena y crear una línea envolvente mediante las miradas de los personajes. ‘‘La Sixtina”, como comúnmente se conoce, se conserva en la Gemäldegalerie Alte Meister de Dresde, Alemania.
Esos dos angelotes son ya más famosos y populares en la actualidad, pero no precisamente por su significado religioso. Típicos de postales navideñas o cuadros de dormitorio, son quizás la creación más conocida de ese genio italiano y su imagen aparece en tazas, playeras y cuadros que se venden por Internet.
Su trabajo es reconocido por realizar la decoración con frescos de las famosas estancias de Rafael, los aposentos privados del pontífice Julio II a finales de 1508; son cuatro habitaciones o salas situadas en el segundo piso del Palacio Apostólico, en Ciudad del Vaticano. Después de la muerte de ese papa en 1513, con dos habitaciones ya decoradas, su sucesor León X continuó ese programa artístico.
Además de pintar numerosas imágenes de vírgenes, la fama lo llevó a decorar con frescos la Villa Farnesina y creó los cartones para una serie de tapices destinados a la Capilla Sixtina.