l primer año del presidente López Obrador cerró con la generación neta de 342 mil empleos formales registrados (95.4 por ciento permanentes) en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), frente a 463 mil del último año del sexenio peñanietista, una diferencia de 26 por ciento.

Así, al concluir 2019 los trabajadores registrados en el IMSS sumaron poco más de 20 millones 421 mil, una cifra histórica, aunque a todas luces insuficiente, pues esa proporción sólo da cuenta de un 36 por ciento de la población económicamente activa del país, lo que implica, en números cerrados, que sólo uno de cada tres mexicanos en edad y condición de laboral tiene acceso a los derechos que da la ley.

En su informe más reciente, el IMSS detalla: como todos los cierres de año y por factores estacionales, (en diciembre de 2019) se registró una caída de 382 mil 210 puestos (formales), equivalente a tasa mensual de -1.8 por ciento. Esta reducción es similar a la reportada en los diciembres desde que se tiene registro. Si en la medición se considera el periodo enero-noviembre de 2019, entonces los empleos formales generados superaron los 724 mil, pero, como bien apunta el IMSS, al cierre de diciembre de cada año se registra una fuerte cancelación de plazas laborales.

Con base en lo anterior, y en refuerzo de la información del Seguro Social, en el último mes de 2000 –ya con Fox en Los Pinos y con base en la estadística oficial– se cancelaron 340 mil empleos formales; en igual periodo, pero de 2006 –con Calderón en la residencia oficial– se perdieron 303 mil; con Peña Nieto 233 mil (año 2012) y con López Obrador, 378 mil (en 2018) y 382 mil (en 2019).

De cualquier forma, en México la generación de empleo formal siempre ha sido insuficiente y muestra de ello es la terrible relación entre formalidad e informalidad. Sólo para dar una idea de qué se trata, vale mencionar que en lo que va del presente siglo oficialmente se han generado unos 8 millones de plazas formales.

En el mismo periodo la población económicamente activa aumentó en alrededor de 18 millones de personas –todas en busca de una plaza en el sector formal de la economía–, aunque sólo 44 por ciento de ellas logró colarse a dicho sector (cada año cerca de un millón de mexicanos se incorpora al mercado laboral). El resto, irremediablemente, terminó en la informalidad, la desocupación, buscando la vida en otro país o, de plano, en el de por sí grueso ejército del crimen organizado.

En el periodo de referencia, el de Vicente Fox fue el sexenio con menor generación de empleo formal: alrededor de 200 mil plazas anuales, como promedio. Con Calderón la situación no se modificó de forma sustancial, pues dicho promedio fue cercano a 281 mil. Con Peña Nieto la situación mejoró, con 694 mil plazas por año. De cualquier suerte, en todos los casos se trató de plazas con salarios muy bajos. A lo anterior se suman los 342 mil empleos formales en el primer año de gobierno del presidente López Obrador.

La institución detalla que al 31 de diciembre de 2019 el salario base de cotización de trabajadores asegurados en la institución alcanzó un monto de 378.10 pesos, lo que representa un incremento anual nominal de 6.7 por ciento, el más alto registrado para un mes igual de los últimos 10 años. Por 12 mes consecutivo, el salario base registra crecimientos anuales nominales superiores a 6 por ciento).

En el mismo tenor, el IMSS informó que al 31 de diciembre de 2019 el registro del instituto dio cuenta de más de un millón de patrones, equivalente a un crecimiento anual de 2.4 por ciento. Como todos los cierres de año y debido a factores estacionales, la disminución mensual de diciembre de 2019 es de 2 mil 306 patrones y con ello en el año se incorporaron 23 mil 516 nuevos patrones.

Las rebanadas del pastel

Por cierto, el IMSS recuerda que más de 814 mil personas vinculadas al Programa Jóvenes Construyendo el Futuro ya cuentan con servicio médico en la institución.

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