Ante la falta de compradores en Estados Unidos, el avión presidencial volverá a México. El presidente Andrés Manuel López Obrador informó que ha sido muy compleja la venta, porque no se quiere malbaratar. Sin embargo, se ofertará en los 130 millones de dólares que arrojó el avalúo actual, a pesar de que su costo original fue de 218 millones de dólares.

Hasta ahora, el gobierno federal ha pagado mil 833 millones de pesos, deuda más intereses, del Boeing 787 y resta por liquidar –hasta 2027– 2 mil 724 millones, explicó el director general del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), Jorge Mendoza.

La aeronave retornará a lo que era el Hangar Presidencial, bajo resguardo de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), una vez que se le dé mantenimiento en Victorville, California –proceso por el que el gobierno ha erogado 28 millones de pesos desde diciembre de 2018 (13 millones de preservación y 15 millones de mantenimiento)–, y se le otorgue la certificación.

En el folleto de promoción de la venta, el Boeing TP-01 se ofrece como la nave más emblemática de América Latina y orgullo de una nación.

El nuevo proceso de comercialización considera tres opciones: comprador único, compradores asociados o renta por hora.

A subasta, 28 aeronaves

Tras informar de la convocatoria para subastar en una primera etapa 28 aeronaves –por las cuales esperan recuperar más de 2 mil 500 millones de pesos–, el Presidente rechazó el fracaso de la venta.

“No, es que es complejo y no queremos malbaratarlo, mejor esperar… Había compradores, pero al final no consiguieron financiamiento y se está pasando el tiempo. Por eso tomamos esta decisión. Ya queremos resolver este asunto”, respondió.

Ante la pérdida que sufrirá de 50 por ciento de su valor, consideró que fue una mala operación, hasta técnica desde que se adquirió al final del sexenio de Felipe Calderón.

Al preguntarle si lo ofreció al presidente Donald Trump, admitió que aún realizan gestiones con el gobierno de Estados Unidos pero no ha habido respuesta. Por ello, propuso: “Les entregamos el avión, páguennos en especie; es decir, necesitamos equipos de rayos X, ambulancias, tomógrafos, laboratorios…”

Tras informar que en aquel país se presentaron sólo dos propuestas económicas por arriba de avalúo que no prosperaron, el director de Banobras explicó que la venta de la aeronave en 130 millones de dólares será suficiente para pagar el saldo que se tiene con el banco y esto liberaría presupuesto para ejercerlo en otros conceptos prioritarios para el gobierno.

Al admitir que no hay interesados nacionales en adquirir el TP-01, López Obrador planteó vender 12 acciones a 12 empresas para que cada una pague 11 millones de dólares.

Mencionó la posibilidad de que la FAM “se los administrara y que ellos pagaran el estacionamiento en el hangar, ya sea en Santa Lucía o en donde se decida, y el pago de pilotos, de personal, combustible, mantenimiento… No sólo sería que tengan el avión, sino también que nos ayuden a reparar el daño”.

Manuel de Jesús Hernández González, comandante de la FAM, manifestó que para mantener TP-01 en ferry flight (vuelo de traslado) en Victorville se están pagando 4 mil dólares cada siete días.

Señaló que ya en México, la FAM se haría cargo del mantenimiento, pero si requiere que sea especializado –para turbinas, 79 fuera de servicio, o componentes mayores– tendría que ir a Estados Unidos.

López Obrador equiparó los 30 millones de pesos que costó mantener un año el avión presidencial en Estados Unidos con el gasto que implicó el último viaje a Argentina en el gobierno de Enrique Peña Nieto.