Sociedad y Justicia
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Aún no se puede predecir actividad eruptiva del Popo: expertos
 
Periódico La Jornada
Jueves 16 de enero de 2020, p. 37

A 25 años del reinicio de la actividad del Popocatépetl, hoy por hoy no tenemos manera de saber cuánto magma hay todavía dentro del volcán, explicó ayer el director del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Hugo Delgado.

En conferencia, explicó que que el Popocatépetl es un volcán dinámico, cuyo monitoreo no permite hacer predicciones de su actividad eruptiva, pero señaló que el instrumental desarrollado en este cuarto de siglo permite realizar pronósticos de dispersión de las cenizas, nubes piroplásticas, material incandescente e incluso flujos de lava.

Acompañado por Enrique Guevara Ortiz, director general del Centro Nacional de Prevención de Desastres, y de David León Romero, coordinador nacional de Protección Civil, Delgado Granados recordó que la primera gran fumarola se registró el 21 de diciembre de 1994, pero desde 1990 el volcán comenzó a mostrar los primeros signos de activación.

En el encuentro El Popocatépetl: 25 años de actividad eruptiva, Carlos Valdés González, director del Centro de Estudios Mexicanos UNAM-Costa Rica, recordó que México tiene más de 2 mil volcanes, 12 de ellos considerados activos o peligrosos, y cerca de los cuales vive aproximadamente 75 por ciento de la población.

De diciembre de 1994 a 2019, el Popocatépetl ha presentado más de 83 domos o tapones, lo cual implica que existe un equilibrio entre el material que asciende y su destrucción. Además, se han analizado más de 5 mil 500 sismos originados en el coloso, donde la actividad principal se localiza a dos kilómetros sobre el nivel del mar y hasta dos kilómetros por debajo de él.

Mejoras, en instrumental

Las mejoras en la instrumentación y los sistemas de monitoreo han permitido revisar en tiempo real la información, además de realizar análisis que permiten tomar mejores decisiones para cuidar la vida de personas y animales.

Da la impresión de que la actividad va aumentando, pero hay un equilibrio de fuerzas entre la presión que ejerce el edificio volcánico y el material que quiere salir; mientras haya un equilibrio tendremos una situación estable, aseguró el especialista.